Llegue a la casa de mi amiga Mónica con la sana intención de pasar un rato agradable, tomar unos mates y poner al día nuestras confidencias, al llegar a la entrada, observe que la puerta estaba entreabierta, la empuje suavemente y entre a La sala, llame a mi amiga una…dos… en tres oportunidades, no encontré respuesta todo se veía normal. nada por aquí… nada por allá…fui recorriendo la casa repitiendo su nombre- nada, regrese pensando que estaría de compras en el almacén de la esquina, y decidí preparar yo los amargos y esperarla, encendí el televisor, llene el termo y con todo mi equipo, me senté frente a la pantalla a disfrutar del noticiero esperando por Moni.
casi… así de golpe mis ojos se encontraron con una bella flor totalmente marchita, agonizando, la tome entre mi manos y deje que su tallo bebiera lentamente el agua del vaso donde la sumergí en busca de auxilio para que su hermosura renaciera, en eso estaba centrada mi atención, cuando percibí algo no muy común, ni conocido en la casa, una maleta de cuero descolorida sobre la silla descansaba, me fue penetrando el misterio lentamente como el miedo, deambule por la casa en busca de algo más... que me diera la pauta de su paradero…nada, solo me quedaba el altillo; subí lentamente las escaleritas que me conducían alli, y trate de abrir la pequeña puerta sin lograrlo sentí no miedo… un escozor raro en mi cuerpo, así... como un escalofrió, intente de nuevo y al fin cedió abriéndose de golpe…así también reconocí a mi amiga.
Monica reostada sobre un sillón antiguo heredado de su abuela, sentada en una posición extraña, totalmente desnuda mirando el cielo raso en actitud de embeleso, como prolongando el éxtasis de una larga noche de placer, sus piernas colgaban en forma desigual, y bajo uno de sus brazos se encontraba un pequeño peluche de color gris que no podía diferenciar a ciencia cierta de que se trataba, ella no me miro, yo avancé lento por la sorpresa atragantada todavía, cuando de golpe escucho una voz que me dice… por favor si me da espacio, era una voz varonil… gire mi cabeza y lo vi. Parado con su pincel y su tela, blanco su ropaje, su mirada serena, mire a mí amiga inmutable, y comprendí que no era un buen día para tomar mate.


Mate: bebida popular de gran parte de Latinoamérica.


MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.