SIN PALABRAS.


Sin palabras me dejaste ese día,
al decirme que te ibas para siempre.
Y volviéndome la espalda te alejaste,
sin que hiciera nada por llamarte.
Con los brazos inertes ya vacíos,
no rogué ni pedí, más no podía,
el puñal que certero habías clavado
lo hundirías más profundo todavía.
Olvidaste las promesas que consciente
en amores las volcaras tiernamente.
Permitiste que un mal viento las borrara,
de una sola pincelada y de repente.
Y…partiste, te seguí con la mirada,
hasta ver que te perdías entre la gente.
¡Que soledad insostenible ese momento!
Ese grito, ese llanto, que lo ahogara
hoy lo vuelco en versos simplemente.
Agradeciendo la actitud de aquel entonces,
porque al fin he comprendido,
que tal vez, pudo haber sido
aquello que no pudo ser.