Es largo el camino, y sea cual sea el camino elegido, tenemos que vivenciarlo, que acostumbrarnos, que relajarnos y vivirlo.
Hoy repasaba lo escrito hace tiempo, sobre la angustia, el dolor, el encierro, la alegria, sexo, entre otras cosas. Todo es vida.
Quizás no la que queremos, no somos los médicos, ni los astronautas, ni los bomberos que soñamos ser cuando éramos niños, acaso la gran mayoría nos repartimos entre hormigas del cemento y otros, quizás y por suerte gran minoría, pasaremos la vida lamentando un momento.
Todo es la vida, y cada reflexión pasa a ser un conteo o una cuenta regresiva, luego concluímos que nada vale el "querer haber sido" que la vida nos planteó una circunstancia y que una mala desición nos hizo no tener el derecho a optar nunca más.
Algo tan sencillo para el afuera, es tan difícil de concluír acá adentro, te lleva años aceptar tu realidad, años.
Y así uno se cansa de escuchar lamentos y de ver lágrimas de libertades terminadas, de condenas "eternas" que cuestan aceptar, pero que son tan reales como que estás vivo, y que de nada sirve "envidiar" muchas veces a tu víctima, TODO ES VIDA.
Tengo a cargo se podría decir, la eduación de nuevos presos en cuanto al trabajo, una adaptación asistida digamos. Es común la pregunta de los nuevos..."Y ahora, qué hago?" y es común la respuesta "Aún en el encierro hay cosas positivas" antes podíamos decidir en muchas cosas de nuestras vidas, ahora, otros deciden por nosotros, muere la libertad exterior, y la libertad interior, está en nosotros preservarla, no ponernos cadenas también en el pensamiento.
TODO ES VIDA. Aún la de aquel médico, astronauta o bombero que no fue y no será.
LOS QUIERO MUCHO, Y ESCRIBIR ACÁ ES DISFRUTAR DE MI LIBERTAD DE PENSAMIENTO.
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