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El virus del sol 2.

' El hombre crea armas quimicas, armas que son capaces de acabar con la vida ... pero lo que ese hombre no ve, es que la naturaleza también las puede crear, para vengarse de él ...'
'La cepa del Virus creció cobijada bajo el calor del sol. Ahora es tan fuerte cómo un toro y tan invisible cómo el alma más oscura, tan rápido que es capaz de interrumpir la vida de cada especie, haciéndola en poco tiempo desaparecer ...'.

b. Triméxdalo: El apocalipsis del verano.

La playa se encontraba atiborrada de sombrillas de todos los colores y tamaños, de gafas que lucían brillantes bajo los rayos dorados del astro.
La bandera verde, ondeaba en lo más alto del mástil sobre la torre de vigilancia.
El mar llevaba y traia las olas con suavidad, algunos bañistas se encontraban disfrutando sobre sus toallas del sol.
El aire caliente envolvía la polución de la urbe con algo más ....
Ese algo más, se iba respirando, sin tener la noción de lo que era en verdad, penetraba ligero entre los bronquios, recorria cómo un visitante cada zona del cuerpo, llevado de la mano del gran rio interior, la sangre.
James, fué el primero en despedirse por ese día de sus amistades, tenía que ir a su trabajo.
Recogió sus pertenencias, se puso sus gafas oscuras y montándose en su potente moto, dió gas a ésta enfilando la misma hacia la carretera.
Llevaba un cuarto de hora de viaje, cuando comenzó a sentir algo extraño en su interior.
No es que fuera nada grave, pero era una molestia que no le dejaba conducir cómo a él le gustaba, tenía que ir a una velocidad menor de lo que estaba acostumbrado por lo general.
En una de las veces, tuvo que parar, se notaba caliente, raro, sintió cómo una flema, sacó su pañuelo y escupió en el mismo.
Cuando se lo quitó de delante de su boca, vió algo que le alarmó, había sangre en el mismo, poca, pero la suficiente cómo para preguntarse que es lo que la había provocado.
El paladar le empezaba a dar un gusto raro, un gusto justamente a lo que tenìa frente a sí mismo.
Efectivamente era el gusto de la sangre, de su propia sangre, que se iba denotando cada vez más en su boca.
Se dirigió hacía un descampado, se apeó de la moto y se sentó sobre la hierba bajo un árbol.
Se tapó la boca con el pañuelo, pero éste se empezó a empapar de sangre rápidamente.
Trató de ponerse en pie, lo hizo y al cabo de unos segundos cayó sobre la hierba de nuevo.
De pronto, sintió un punzazo en sus oídos, se los taponó, sintiendo que algo liquido y caliente, se colaba entre los espacios de los dedos de sus manos.
Se miró las mismas un momento y sus ojos casi se salen de sus órbitas, estaban llenas de sangre ...
Comenzó a darle todo vueltas, perdió la orientación, empezó a vomitar algo de color amarillo, ¿ Qué era aquello ?, olía horriblemente mal, olía cómo la bilis ,,, era su hígado, saliendo a trozos por su boca.
Su agonía duró escasamente dos minutos. Cómo a Melissa, el horror de la muerte, llegó en forma de descomposición interna.
El verdugo del sol, había empezado su eliminación en serie ....

Escrito por Carlos Them

© Copyright Carlos Them 2007. Todos los Derechos Reservados. All Rights Reserved.

Texto agregado el 03-08-2009, y leído por 120 visitantes. (1 voto)


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