Me interesé siempre por mi casa y no por mi calle.
Tenía poco tiempo, salgo al trabajo a las seis de la mañana y vuelvo a las siete de la tarde; es decir, durante la semana es de la casa al trabajo, en el fin de semana me acerco a la calle solo para barrer la acera y cuidar las plantas.
Por ello, sabía muy poco acerca de los problemas de mi calle, por ejemplo, que el hombre de la tercera casa de la izquierda se había separado de la mujer, fue un escándalo, porque ella huyó con otro. El otro lado, por el yo transitaba poco, tenía algunos agujeros que comenzaron a crecer con las lluvias, también noté que las bombillas del poste de esa esquina se habían fundido.
Otro caso extraño, había dos hermanos que vivían en esta misma calle, uno enfrente del otro, y que no se hablaron por más de cinco años, debido a problemas de asignación de herencia.
Frente a mi casa había un depósito para materiales de construcción, y en su entrada, un letrero de “se vende”. Así permaneció por muchos años, pues siempre que aparecía un comprador interesado, el negocio no se cerraba pues la mujer del propietario se negaba a firmar los papeles en el momento final.
Yo mantengo a mis perros siempre atados y dentro de mi propiedad, que es extremadamente grande para ser una habitación urbana, pero otros vecinos dejan a sus perros sueltos, andan de puerta en puerta y rasguñan toda la noche, sin dejar dormir a nadie, además de asustar a quienes transitan caminando.
Pero más agradable aún que eso, son los niños. Nunca falta alguno que se divierta sacándole el aire a las llantas (neumáticos) de los coches, aunque sea sólo un pequeño de siete años de edad, yo no sé quién le habrá enseñado a hacer eso!
Otros, se ponen a jugar con el balón delante de las casas, y a golpear en las puertas. Y finalmente, en época de vientos fuertes, los balones se van por encima de las azoteas; entonces se ponen a gritar para que les permitamos recogerlos de nuestros jardines.
Mi calle es así, llena de problemas. Ciertamente, como cualquier otra calle, de otra ciudad, de otro país. … (¿?)…. Pero en otras épocas suceden acontecimientos que nos dan momentos felices para la convivencia de todos, como la pequeña Beatriz, nieta de Doña Laura, que comenzó a caminar la semana pasada, En algunos años más, ella también va a jugar en mi calle.
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