FIJACIÓN


Noche cerrada, que quietud,
todo descansa en la oscuridad.
No logro dormir, el silencio me abruma,
los pensamientos me asaltan
y me obligan a levantar.
Miro y veo la cocina ordenada.
La sala esta despejada,
sin un calcetín al voleo,
Me siento en el sillón,
tomo un libro; lo hojeo
al rato lo abandono al lado de la mesa.
El cansancio me vence
y me invita a dormitar.
¿Qué me tiene tan inquieta?
Realmente no lo sé.
Acaso fueron los gritos de esa mujer joven,
que volvía a su casa
después de mucho trabajar.
Sólo pedía socorro,
la estaban asaltando,
apuntan a su cabeza
para poderla robar.
Después otra vez silencio
no escuchaba más nada,
mi mente aceleraba
y comienza a conjeturar.
¿Y si era verdad lo que estaba sucediendo?
¡Cómo no pude hacer nada
para poderla ayudar!
Espío entre persianas el movimiento en la calle.
Una luz mortecina no me deja vislumbrar.
Esa noche monte guardia
por si volvía a pasar.