Nunca digas todo lo que sabes,

Reserva de las verdades, encierro de la expresión que limita al ser del hecho de querer liberarse de los dogmas impuestos de obediencia y miedo a la estupidez.

nunca hagas todo lo que puedes,

Acciones en potencia que crearán la frustración en futuro, origen de la decadencia y la naturaleza humana que limita la imaginación.

nunca creas todo lo que oyes,

Sería mejor leer, comprobar, estudiar, pensar, imaginar, inventar ó descubrir. las palabras necias y comunes no siempre son las más acertadas para digerirlas.

nunca gastes todo lo que tienes.

Miedo a la inseguridad, a la pobreza intelectual. Necesidad del materialismo espiritual que te regala personalidad, la cual el insulso teme perder.

Porque quien dice todo lo que sabe,

Regala su esencia, activa el movimiento de la fantasía entre los que mendigan un poco de esperanza, explicación o palabras sencillas que regocijen el caminar.

hace todo lo que puede,

Muere en el intento, sabiendo que las fuerzas que existían en él fueron suficientes para calmar la sed de la tranquilidad y que si fue una gran derrota, fue una gran pelea

gasta todo lo que tiene y

Derrocha las salvedades, avienta el materialismo al terreno baldío, aprecia el momento y deja reservas de precaución, ipso-facto convertidas en momentos de fantasía que renacen de nuevo acompañados por enésima vez de la esperanza.

cree todo lo que oye,

Absorve imaginación, crece en medio de del bullicio y renace una y otra vez, acostumbrándose a la sociedad de las costumbres.

un día dirá lo que no sabe,
hará lo que no debe,
juzgará lo que no ve y
gastará lo que no tiene.

¿Eso importa?