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Inicio / Cuenteros Locales / CHOMPIRAS / Facecia. Número 1.

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- No, no es lo que usted se imagina. Yo no estoy loco, o, bueno sí, para lo que ustedes se imaginan sí. Yo soy como el Quijote, un tipo que mira las cosas de otro modo. Lo que sucede es que ustedes los psicólogos creen que con esos análisis de dibujitos y con esos test de mierda lo pueden encasillar a uno dentro de esas cuestiones de: flemático, iracundo, taciturno o sanguíneo. ¿qué pasó con la psicología, se quedó en la Gestalt, sólo mi todo vale? ¿O qué, lo mejor que han hecho es el conductismo? No, sólo el psicoanalismo de Freud que se atrevió a jugar con el Ser dormido es lo que mejor exponen… es más usted no sabe nada de Freud, el tipo era más artista que psicólogo. Usted no ha visto a Buñuel, o a Dalí. Dígame ¿qué era Buñuel? Flemático. Y Dalí, ¿qué era? Iracundo. Ahora, sabía usted que Dalí se peinaba el bigote con semen. Eso que dice de él.

- No entiendo la razón por la cual usted está tan prevenido. Yo sólo quiero escucharlo y así poder ayudarle.

- Ahh, claro por eso tiene que registrar todo lo que digo. Por qué no hacemos algo para que seamos coherentes.

- ¿qué cosa?

- Suélteme y yo también lo analizo. Quién les dio a ustedes la potestad de decir que está bien o qué está mal. Qué no puede contestar porque tengo razón, o, no lo había pensado. Dejémoslo así en que no lo había pensado porque si me da la razón seria tan absurdo como usted. Ande suélteme.

Por primera vez a lo largo de toda su vida y de los 25 años que llevaba de psiquiatra, calló. Porque por primer vez dudo de lo que sabía.
El hombre que tenía en frente había hecho explotar su casa intentando probar el efecto alucinógeno del gas natural. La casa en la que vivía con sus padres voló con tal potencia que estremeció al cura del barrio en la homilía matutina. El psicólogo cedió y ordenó dejar al enfermo sin camisa de fuerza.
- Mire le propongo que demos un paseo por la villa, se la mostraré. Al fin y al cabo mientras el juez dictamina que hacer con usted y yo se qué es lo que realmente tiene, éste será su hogar. ¿De acuerdo?

El parricida no le contestó, el juez pensó que se lo habían enviado porque en ningún centro de rehabilitación para drogadictos había terapias de recuperación para gasnaturodependientes, tampoco lo enviarían a una cárcel porque era un hombre pacifico, que se dejaba esposar y encamisar sin problema, es más él ayudaba en el trabajo de policías y enfermeros. Su comportamiento tenía un dejo de cinismo, culpa y obediencia, tal vez por eso estaba allí.
Cuando salieron del consultorio se dirigieron a las habitaciones le mostraron la cama que ocuparía, luego el comedor, la biblioteca que ningún paciente visitaba y por último las zonas verdes, ya allí el psiquiatra le dijo:
- Bueno dígame, por qué es tan prevenido.
- Prevenido. No. Lo que sucede es que cada día sé algo más de la condición humana. Primero yo era un filántropo, luego me di cuenta que eso no vale la pena que lo mejor es ser zootropo y biotropo, es decir amante de los animales y las plantas, yo he inventado los conceptos, porque nadie se refiere así. Mire cada vez aprendo más juzgo menos y me alejo más de los humanos. Ya entiendo a Vallejo – a César y a Fernando. Virginia es una ramera – ya entiendo y se que le pasa por la cabeza a las viejas usureras de las casas de inquilinato, ya entiendo la paz del marihuanero y por qué camina así. ¿Usted ha fumado marihuana?
- No
- Es la locura, el peso del cuerpo aumenta, la espalada se congela como si usted se acostara en un glacial y luego puede jugar con las ondas electromagnéticas que recorren su cuerpo, primero las manda de arriba hacía abajo, luego al contrario. Cuando se aburra hace que el centro del cuerpo sea el ombligo y de allí como cuando se lanza una piedra a un estanque las olas se reparten a todo el cuerpo. Cuando camina casi como un péndulo el cuerpo se va de lado a lado y el piso tiembla del peso de cada pierna. Lo mejor es hablar, las palabras salen de la mente por los ojos y el centro de la boca pero los labios les impiden salir. Sabe ustedes los psicólogos son como los labios en una trabada lo tratan de controlar a uno y no pueden.
- Desde cuándo es usted adicto.
- Desde siempre igual a usted, que debe ser adicto al azúcar, a la sal en la sopa, al café, al cigarrillo si es valiente, pero no sus manos son muy cuidadas, no tal vez vaya al manicurista. ¿A usted le gusta la pornografía?
- No.
- ¿No la ha visto jamás?
- Nooo.
- Humm, no sabe de lo que se pierde, usted con esa manera de analizar y observar sería un voyerista del carajo. Entonces para qué estudió esa psicología de mierda.
- No soy psicólogo soy psiquiatra es diferente.
- Odontólogo y ortodoncista, optómetra y oftalmólogo, abogado y juez. Lo que uno no puede hacer el otro lo acaba de dañar.
El psiquiatra calló mientras el parricida seguía diciendo tonterías, le asaltaba a la mente la posibilidad de que si sería posible fumar marihuana y ver pornografía. Él tenía que saber de que hablaba ése loco. De un momento a otro lo dejó sólo en la mitad del pequeño bosque que tenía la villa. Subió a su oficina se instaló la chaqueta de pana con codos de gamuza y se dirigió al parqueadero. Se acordó que dejó sólo al parricida y lo buscó con la mirada. Trastornado por una seria de abejas imperceptibles para el ojo humano el paciente corría semidesnudo por la villa tratando de matar las abejas. En el reporte no tomaron en cuenta su anuncio de ser alérgico a las abejas y avispas. El psiquiatra ya sabía que el parricida padecía una compleja demencia.
El psiquiatra llegó a casa y trato de consultar pornografía en la red, en principio le molesto, luego se molesto. Cansado de tanta agitación y de un éxtasis propio de lo prohibido sólo le restaba consumir marihuana, salió a la calle y deambulo en busca de la mercancía, recorrió las calles por espacio de tres horas y cansado volvió a su casa a dormir. Pasaron semanas en las que habló con el parricida y le instaba a que le contará más experiencias psicotrópicas, le alentaba a tal punto la conversación que se hicieron casi confidentes. El parricida le contó lo que se sentía con el gas natural, los cuidados que se debían tener antes de inhalar el precioso elemento. Le contó como sus padres murieron por prender una cerilla en el baño. Le contó como satisfacía sus necesidades sexuales con las alucinaciones del gas. Lo que no supo el psiquiatra es que esas historias alimentaban sus ansias por consumir marihuana, no se atrevía por el gas, pues pensó que podría hacer estallar el edificio en el que vivía.
El psiquiatra se decidió por buscar en la red los puntos de la ciudad en los que más se vendía la droga; lo logró, se acercó a la calle más impopular de la ciudad, aquella que está junto a la casa de gobierno. Buscó cautelosamente una cara amigable que le dijera donde conseguir la materia prima de un sueño diferente. Pero no fue necesario, un pequeño de algunos ocho años le ofreció un amplio menú de servicios que satisfacían su búsqueda. Compró. Salió rápidamente del lugar y experimentó lo dicho por el parricida.
Al otro día con una resaca que parecía ser en cámara lenta buscó al parricida.
- Usted tiene razón.
- De qué.
- El mundo se ve diferente.
- Se da cuenta que los psiquiatras y los psicólogos no sirven de nada, quieren ayudar a alguien y ni siquiera pueden con su propia alma. No saben que hacen ni que quieren, viven envidiosos de nosotros los locos. Si usted lo hubiese hecho por su propia motivación y no porque le dio ganas de experimentar lo que el loco siente, usted sería mi amigo hasta me cae bien sabe. Pero no, cómo me puede ayudar si no sabe vivir sólo y mucho menos morir sólo. Estar de éste lado es para pocos, bendito el reino de los cielos porque será para los locos. Se nace loco, como se nace con ombligo. Su análisis no sirvió, el mío si, yo jugué a ser Balzac y funcionó.
El psiquiatra entendió el comentario. Desde ése momento la villa tenía un nuevo paciente. El paciente 3245, tenía en su hoja de vida una adicción a la pornografía y la marihuana. Decía ser alérgico a los psiquiatras.

Texto agregado el 31-07-2009, y leído por 295 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
31-07-2009 chómpiras rionfla???... y baila tíbiri-tábara????... 4* por Café Tacuba Murov
 
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