Cocinar, barrer, trapear, sacar la basura, planchar-planchar-planchar eran las palabras que repetía incansablemente una y otra vez Kaysi…

Cada noche al acostarse recordaba la voz de su esposo Scout diciéndole a los oídos que era una buena para nada, que no servía como mujer, que su comida era mala y la casa siempre estaba sucia y lo peor de todo, lo que más le molestaba a Scout era tener sus camisas estrujadas, odiaba eso… pero que podía ella hacer, a él nada le parecía bien.

Sus ojos estaban lleno de dolor, sufrimiento y venganza, nadie la ayudó… la encarcelaron sin piedad, pero no le importaba, se sentía feliz por lo que había hecho con Scout y solo pensaba en la hora de salir para continuar su venganza.

Kaysi era una mujer encantadora que vivía cerca de un parque, en ese mismo lugar trabajaba y podía así ganar dinero… Aquel lugar tan hermoso donde iban las personas y sus amigos a divertirse…. Un día común apareció antes sus ojos un hombre alto, negro, elegante, tenía una mirada encantadora, sí , esa mirada matadora de la cual se enamoró para luego terminar odiando. Aquel infragante hombre era Scout.

Scout le brindaba seguridad durante su noviazgo pero todo cambió en el preciso momento de ella decir sí, acepto, en el altar. El mismo día de su luna de miel Scout la estrujó en la cama y la hizo planchar la noche entera, le repetía planchar querida, plancha que está estrujada…. Su vida se volvió un puro infierno.

Scout obligaba a Kaysi hacer toda las cosas y lo que más le encantaba era verla planchar mientras él la agarraba por el cuello y le decía con voz suave en sus oídos “Sigue estrujada”

Kaysi gritaba pero Scout le había hecho creer a las personas que Kaysi estaba loca. Tiempo después Scout obligaba a Kaysi a salir al parque con la plancha y repetir planchar-planchar, las personas pensaban que en verdad estaba loca, ella salía muy asustada, nadie creía lo que ella contaba de su esposo. ¿Cómo creerle? Scout siempre mantenía un aire de tranquilidad, elegancia y seguridad. Obvio que ella estaba desquiciada.

Cada día Scout la encerraba en el baño y le decía: plancha porque si no, no vas a salir de ahí nunca, no comerás no harás nada. Kaysi comenzó a desquiciarse conforme pasaban los días, solo tenía en su cabeza planchar-planchar-planchar como tantas veces se lo repetía Scout.

Una mañana mientras Scout miraba la televisión ella dijo: Tu camisa está arrugada, arrugada, arrugada… Scout no volteo a verla.

-Tu camisa sigue arrugada, arrugada, arrugada…

-Cómo siempre, que bueno que te diste cuenta, perra barata

-Estás arrugado, arrugado, tengo que plancharte

-¿Qué?

Al voltearse, Scout notó que los ojos de Kaysi estaban rojos y llenos de odio y en sus manos tenía una plancha ardiendo.

-¿Qué haces?

-Te plancho querido, te plancho

Kaysi pegó con todas sus fuerzas la plancha en el rostro de Scout una y otra vez, luego por todo su cuerpo. Scout ardía y ella continuaba cesante mientras decía: planchar-planchar-planchar, sin arrugas, estrujada.

Kaysi planchó completamente a su esposo Scout, al terminar salió al parque con su plancha en manos diciendo: tengo que planchar, hay ropa estrujada, personas estrujadas, tengo que planchar. La puerta de la casa de Kaysi estaba abierta y una vecina encontró a Scout totalmente destrozado y quemado, no se podía reconocer.

De inmediato la vecina llamó a la policía para detener a Kaysi la cual andaba con una plancha por todo el parque

-Queda usted detenida dijo el oficial

Kaysi no pronunció ni una palabra. La condenaron a 30 años de prisión, sí, esa había sido la vida de Kaysi.

Kaysi había cumplido 2 años en prisión, su oficio en la cárcel era planchar, era la mejor de todas…


Cocinar, barrer, trapear, sacar la basura, planchar-planchar-planchar eran las palabras que repetía incansablemente una y otra vez Kaysi…

Era la noche del 3 de octubre, Kaysi había planeado escapar y así fue, esa misma noche mató al policía de turno y saltó el muro más alto de la prisión. Kaysi traía consigo una plancha en su mano derecha y vestida de negro fue al parque, aquel parque cerca de su casa donde nadie la ayudó, donde nadie creyó en ella, ni sus amigos, ni familiares.

-Planchar, todos están estrujados

El parque estaba con algunas personas, Kaysi regresó a su casa y calentó 2 planchas y salió al parque con una en cada mano. Se colocó detrás de una pareja y pronunció: están arrugados-arrugados y colocó una plancha en cada una de sus caras.


Todas las noches era igual, escapaba antes que la atraparan, cometiendo asesinatos horribles con sus planchas.

Ya era conocida por toda la ciudad como: “La mujer planchavélica” Sus fotos estaban por todos lados, los noticieros no paraban de mencionarla.

Cuando la policía pudo dar con ella se encontraba en la tumba de Scout… la policía se sorprendió al ver el lugar, estaba totalmente rodeado de planchas y ella poseía una en cada mano.

-Queda usted detenida dijo el policía, todo lo que diga podrá ser utilizado en su contra, tiene derecho a un abogado, si no lo tiene se le asignara uno de oficio.

-No puedo planchar, tengo que planchar estoy arrugada, todos estamos arrugados y Kaysi pronunciando esas palabras se pegó varias veces la plancha en la cara quedando totalmente desfigurada…

-Ve, ahora ya estoy planchada… aunque me quedan algunas arrugas como a ustedes….


FIN