a esbozar nuevas mentiras
sobre navajas de
afeitar, a coser los
espíritus tristes para
agradarle a la vida y
causar repulsión a la muerte,
aún así, después de todo...
... Las manos convulsionaron
sobre el papel, y nadie
fue capaz de separarlas.
Texto agregado el 31-07-2009, y leído por 83
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