Acabo de plasmar en los viejos cuadernos
palabras olvidadas por varios meses,
años quizá.
Me levanté, comenzé a caminar
y comenzé a recordar.
Mi historia me trajo hasta acá
mis lágrimas fueron la frágil guía,
y mi sudor las huellas de cansancio.
Pero no llegué hasta aquí
para verte llorar...
Limpié tu cara, te abrazé, y lloré contigo también.
Pensaste en el dolor que proyectabas,
y te marchaste sin decir adios.
Perdí a un amigo, a un novio y un amante.
Mi alma está perdida,
mi corazón tiene un agujero,
y que puedo hacer yo, si no sonríes,
si te limitas a demostrar tus sentimientos.