Asombro de ser y poseer un corazón
que late,
Se despliega incesante por mi cuerpo,
sueña
Insaciable, no se detiene su andar,
las colinas
Son esbeltas y peligrosas,
cuando se empecina distraído observa
y late
La caricia trasparente, la sonrisa de brisa.
Es un corazón
cautivo del amor, siempre lo ah sido,
la memoria me zumba recuerdos del ayer
y compruebo que es un viajero incansable y noble,
este hace mucho, soñaba los mismos sueños,
vivía diferentes estadías pero no paraba de ser único,
mío,
Inestable jamás
siempre sobrio, ardiente y caprichoso.
Por eso es mío,
porque vive mis sueños y mis anhelos,
mis males y desconsuelos, mis alegrías y este tiempo
que hoy me toca vivir,
Se que se remontara y saldrá a flote.
No está enfermo
en todo caso se enfermo el epiciclo actual.
MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI
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