Sin embargo, en los más ocultos rincones de una dimensión tenebrosa con infinitas aperturas a otras realidades, moraba la hermandad del diablo, una conspiración cuyos súbditos la conformaban ángeles maniáticos y locos, hombres que, pese que una vez muertos fueron acogidos como ángeles del cielo, cayeron insólitamente en una abrumadora desesperación psicológica e intelectual ya que no concebieron posible el hecho de tener que soportar la armonía del paraiso. De esta forma, levantaron así, revoluciones e infamias contra el dios bueno y creador a través del ateísmo, a lo que en efecto, involuntariamente se vieron obligados a optar por el infierno, un mundo misterioso y atractivo. Quieranlo o no, estos seres, a quienes los mortales acogieron como "demonios", fueron estas mismas almas las que en vida encarnaron a los científicos materialistas, aquellos positivisatas que negaron la existencia de Dios optando, sin quererlo, por el diablo. Estos cerebros, con cuya locura e ingenio se dedicaron a volcar el mundo pacífico en caos total a través del progreso y revolucionando la repugnante realidad de los números y la ciencia, se convirtieron así en los cómplices y esclavos de un diós tenebroso, una fuerza oculta del infierno con desconocidas pretenciones para con el futuro de la humanidad, usando a la razón humana como principal medio. El racionalismo de Martín Lutero, Einstein, Newton, etc.. y el materialismo de Augusto Compte entre muchos..., actuando en pos de la progresión imparable de esa oscura y siniestra "iluminación" de la razón, manifestada luego en las bases del progreso y la modernidad.

Pero si el verdadero amor es tan elevado, tan divino y tan fantástico como es la apacible vida en Soluna. ¿como, en vida podría perdurar con tanta lucidez, si la vida es un camino tan desequilibrado, un mundo caótico, tan cambiante?- Cavilaba Carlos, el mortal enamorado, sorprendido a su vez por el hecho de habersele injectado involuntariamente esa inquietud a sus pensamientos.

El amor es un mostruo impredecible; así como se domestica, podría devorarnos en cualquier inesperado instante. La pasión podría morir en cualquier momento, para luego renacer y levantarse en nuevas formas sombrías, horroríficas y tenebrosas, su duración puede ser la sombra de dios, pero su pérdida tiene que ser obra del diablo, cómplice de la realidad y del tiempo.-Pensaba Carlos ensimismado en un estado delirante del cual no podía escapar.

El profundo deseo es como el canto seductor de una ninfa del océano, y el marinero delirante es conmovido por su implacable belleza, dejandose convertir en una víctima más de las mostruosidades del vasto océano.

¿Como diablos es posible que yo, Carlos, un joven eternamente enamorado, este cavilando sobre estas nimiedades? (dos mortales se funden en una misma esencia, ¡no comas cuento! ¿como diablos es eso posible?, reducir tu alma a una mitad) ¿Por qué estoy dudando esto? ¿por qué estoy calculando y envenenando mis sentimientos más puros, si muy en mi interior estoy más seguro de mi verdad que la de Dios? Además, ¿que sabe dios del amor eterno entre dos mortales?, Dios jamás ha sido un mortal, jamás ha sangrado ni muerto como un mortal. Y si este amor es tan grande y tan sagrado, pues es capaz de igualar su poder ¿Que sabe la muerte del amor en la vida? Pues lo grito al unísono sin miedos ni mentiras, despierto a los dioses de las tinieblas y del bien así me cueste la vida: ¡Ella es mi vida y mi muerte, ella es mi alma y mi esencia! ¡Ella es mi espejo! ¡ELLA SOY YO!

("Cuando depiertes de ese lindo sueño de amor, advertiras a la realidad, destrozando lentamente cada fragmento de tu ilusión, tus tripas y sobre todo tu corazón doliente será extirpado de tu asqueroso cuerpo como a un animal torturado, y cuando por fin seas conciente de lo solo y desesperanzado que estas, sucumbirás como un héroe que se levanta de la mugre a un mundo mostruso pero atractivo, lleno de desolaciones y fatalidades")

La angustia existencial se le hacía cada vez más insoportable al joven Carlos, sus pensamientos se mesían como un péndulo en la oscuridad, abrumados por algo, aunque lúcido, netamente desconocido. Era como si muy en el fondo de su conciencia, morara otro ser completamente ajeno al de su voluntad, una especie de conciencia infrahumana y tenebrosa, compuesta por demonios pequeños; insignificantes criaturas inseguras y angustiadas por las más devastadoras desgracias de la existencia humana, y a su vez, actuando como entes visionarios que advierten el catastrófico y no muy lejano porvenir de él mismo y, sobre todo, de la raza humana. Fue entonces que tomó una decisión al cavilar sobre si mismo, y más allá de sus dudas:

"No, esto no puede ser, no puede estar pasando, esa voz lúgubre de mi subconsciente no es mía ni me pertenece, tiene que haber un sentido claro en estos pensamientos. Es como si una parte de mi estuviera siendo poseída por un demonio burlesco que confunde mi cabeza, el demonio de la duda, de la repugnante razón. No puedo dejar que ese monstruo evolucione dentro de mí, lo único que quiere es destrozar la hermosa comunión entre Andrea y yo, comenzando por las conjeturas falsas. Tengo que hablar con ella y contarle, tal vez a ella tambien le este pasando esto, se le pueden estar intentando infectar la entrañas estos demonios y envenenando su cerebro, tal vez tengamos que hacer que nuestros corazones luchen juntos contra estos infelices, sin importar que eso implique la muerte".

¡Pum Pum! ¡Ahhh, que sucede! ¡No dejes que nos ganen!-
-¡Hey, tranquilo amor, solo es una pesadilla, escuchame, es solo un mal sueño- Con la voz suave de su amada, Carlos no tardó en despertar de imprevisto a encontrarse de nuevo con los ojos de su amada que lo miraban con cierta dulce maternidad. Pero Carlos, aunque ensimismado y paralizado, como si aún estubiera dentro del sueño, con una mirada hipnótica, le dijo a Ana:

-Mi querida Ana, solo quiero que me saques de esta duda. Quisiera saber si yo realmente soy tu fundamento: ¿si tu existes porque yo respiro?, ¿vives porque yo soy tu sentido? ¿serías capaz de morir conmigo, asi el mundo intentara separarnos de repente?- A lo que Ana se irritó de repente y mirandolo extrañada le gritó:
- A tí Carlos, ¡como se te ocurre dudar de mis sentimientos, de mi amor incondicional que siempre será igual!- Cuando terminó la frase, estaba tan disgustada con el que se fue alejandose lentamente hasta perderse en el bosque dejando a Carlos más sorprendido aún. Luego comenzó a llover y el crepúsculo anunciaba una noche fría, creyó ver a su corazón agrietado callendo desde el cielo. Como si aquella divinidad que había protegido por tanto tiempo el corazón etéreo de un mortal sensible, tuvo que verse obligada a sortarlo y dejarlo caer, abandonandolo a la suerte de lo terrenal. Carlos no le quitó la mirada, y lo siguió lentamente, advirtió verlo caer dentro de aquel pozo misterioso de Soluna, el pozo de la ilusión. Como si depronto todo lo que había amado, se reducía a solo a algo muy abstracto, algo irreal, pues su intuición le decía que el amor de Ana no volvería a ser como siempre había sido.

Carlos pensó que aquella reacción inexplicable que había tenido Ana, tenía que haber sido de alguna forma la manifestación de dichos demonios (después de todo las pesadillas se parecen más a la realidad que los sueños). Y sabía, que aquella reacción no era más que el indicio, la primera señal que daría comienzo a la decadencia del amor. Y así, el edificio idealista que tenía tan perfectamente tatuado Carlos en su piel, comenzaría a ir demoliendose lentamente. Como aquella certeza que había estado tan bien formulada fuera refutada con razones que para el alma son inconcevibles. Cuando el primer filósofo dudó por primera vez de su existencia, cuando el ateo negó el poder de Dios creador, cuando Einstein inventó la bomba de uranio; ninguno de estos hombres sabía con certeza que estaba penetrando en un mundo indefinido, ninguno sabía que sus pensamientos estaban siendo manipulados por fuerzas ocultas. Pero Carlos sabía, que lo que estaba sucediendo no era casualidad sino que tenía un motivo de ordenamiento más profundo.