"Siempre me ha sido sobremanera grato decir lo que
me venga a la boca. Que nadie espere de mí, pues,
que comience con una definición de mí misma, según es costumbre de los retóricos vulgares, y mucho menos que formule divisiones, pues constituiría tan mal presagio el poner límites a mi poder, que tan vasto se manifiesta, como separar las partes de aquello en que confluye el culto de todo linaje de gentes. Y, en fin, ¿a qué conduciría el convertirme con una definición en imagen o fantasma, cuando me tenéis presente ante vosotros mirándome con los ojos ?"
Elogio de la locura
Erasmo
Su vida quedó sin brújula desde que la maldita se lo llevó. Día tras día se levanta y lo busca sin encontrarlo, habla con él esperando respuestas que nunca llegan y todas la noches prepara la mesa colocando la vajilla de porcelana inglesa que tanto les gusta, con las copas de cristal que le regaló para sus bodas de oro. Mira el reloj de pared, espera ansiosa, inquieta, que aparezca y se dirija hacia ella para estrecharla en sus brazos como todos los días, desde hace tantos años,con esa sonrisa amplia que la llena de paz y felicidad.
Las velas se consumen, la comida se enfría, y cuando se da cuenta que el día termina, le dice dulcemente, vamos a acostarnos, es tarde ya.
Con paso lento y los ojos apagados, entra al dormitorio. Con recato se desviste y se sumerge en su camisón rosa, coloca unas gotas de la colonia que él usa sobre el pijama de seda azul, lo huele, lo acomoda sobre la mullida almohada a su lado, la abraza con ternura y susurra: “Que descanses mi amor ”.
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