En este planeta donde vivo impera un clima donde por tres día de intenso calor sobreviene uno de mucho frío. Yo mismo me siento a esperar ese momento donde comienza a descender la temperatura refrescando mi cuerpo aun caliente. Más luego acostumbro quedarme viendo la televisión sumamente cobijado.
Trabajo vendiendo helados en una bicicleta con refrigerador, pero aquellos días donde hace frío a veces salgo a ofrecer churros con chocolate caliente.
Soy un ser comprometido con una dama de mi mismo talante, pero dicha relación se deteriora día a día, divisándose en el horizonte un cantando final. Como si fuera facil, Ella desea que yo sea emocionalmente estable, sin embargo soy un tipo que sufro de cambiar de estados de ánimo en forma permanente, muchas veces las rabietas que me agarro destruyen todo a su paso.
Pero también nos persigue la mala suerte, por ejemplo la semana pasada realizamos un campamento en un día de frío, donde calculábamos que sería de veinte horas como para reconciliarnos, hacernos mimos, que siempre resultan reparadores, pero hubieron un montón de problemas, que entre otras cosas, ocasionaron grandes demoras quedando finalmente nosotros desentonados con los día soleados que lo sucedieron, donde tuvimos que quedarnos de manga larga a esperar, con un humor de perros, ya que andábamos abrigados como para andar sobre el hielo, en el mismo lugar donde estaban todos desnudos disfrutando de la piscina. Después al regreso ella se enredo con la bufanda quedando al borde de morir asfixiada.
Una vez hubo alguien que mató a una persona, más luego fue hasta la luna a enterrar el cadáver en el suelo arenoso. Yo pienso pronto hacer lo mismo, solo temo que sus aletas dejen una señal soltando su baba por los rincones, también que la maquina deje de funsionar en pleno vuelo, o que mis manos se hundan en esa arena hasta chupar muestros cuerpos hacia el fondo.
En este preciso momento estoy besando su boca de labios de nacar, mi lengua se envuelve cual vívora, juntando sus puntas con las de ella, provocando un par de electrones.
Pero siento un fuerte tironazo, que arranca un pedazo de carne de la garganta, dejándome mudo ¡trompetas! por largo tiempo. |