Quiero saber sin prudencia, lo que no he vivido.
Aunque no tienes orejas puntiagudas ni extrema baja estatura, te apareces en las noches con tus amigos elfos y trols a cuidar mi naturaleza de fantasía ante el mundo real.
Sabes de magia cuando logras que vibre con tus besos, con tus dedos dibujando mi cuerpo, mi rostro y mi cabello; además eres adivino! cuando finges que estoy ausente para extrañarme mas...para tener el pretexto de necesitarme.
Tengo un “trébol de 4 hojas”, ese que un viejo trol me regaló luego de prometer “una vida juntos” y evitar así, que llegaran a mí nuevas ilusiones e historias. Pero, tu esencia, tu más allá y acá, han cautivado con tal sencillez mi bosque, que te has perdido él y su misterio.
No soy Lady Titania, ni tu Lord Oberón -creo- y sin embargo, somos el duende y la hada más felices, dueños de nuestra propia naturaleza, en el bosque de nuestras vidas...de todo aquello que pensamos y teje nuestra historia, que hoy, pase lo que pase más tarde, nos tiene en medio de la magia, del secreto, del tiempo.
Eres el guardián de lo que no necesito cuidar, sino controlar, ¡Te puedo querer más! Espero tanto de ti, no te subestimo ni vulnero, sé que puedes lograr que mis alas siempre me dirijan hacia tu pequeño cuerpo, ahí, en medio de tantos atractivos elfos, gnomos, sirenas y gigantes.
Como la mayoría de hadas -pero malmirada- , me refugio en castillos, islas inaccesibles, árboles añosos y cuevas, ¿Me acompañas? La aventura, un te quiero, un piensame, un “sin ti” un...¿Dónde habías estado todo este tiempo? te convencerán.
Hoy sé que no quiero decirte “ve por agua del mar en un colador” ni “lustra estos zapatos” como lo vi en una película, te quiero a mi lado, como duende guardián de mi naturaleza, de mujer, de niña...de hada.
Hadas, duendes, trols y toda la fauna faérica hace fiesta cada que estamos juntos. |