Las dudas me regalan respuestas,
el corazón me roba el sueño,
la música inspiración,
y sus labios el calor.
Mi mente no lo entiende,
como escapar de su vientre,
cuando ya estoy presente
en su amanecer casi a diario.
Me dejo llevar
al paraíso carnal,
del vino y los excesos,
la ansiedad y el deseo.
Las dudas me dan las respuestas,
que ya sabia,
sus labios me regalan el calor
que ya necesitaba.
Y su sabor a verano,
cóctel de maravillas,
aunque sepa que no me es sano
sabe a mi mejor fantasía.
Debes saber, mujer,
que yo no te amo,
que es tu cuerpo que me ha cegado
y que a partir de ahí hablamos.
Le respondí cuando me susurro al oído,
querido tu amor ya no lo quiero compartido,
quiero que sea solo mío
y así olvidar a mi marido.
Yo quería el sazón perdido,
recobrar mi apetito,
caer en tus brazos
más no en tu corazón.
Recuperar el fuego
de mi cuerpo convulsionando en éxtasis,
de ver el más allá aquí y ahora,
ese era mi sueño.
Nunca quise llegar a amarte,
eras solo parte de mi oscuridad,
capricho secreto de una dama,
que no se sentía amada.
Continué diciéndole, es mejor que me vaya
aunque talvez mañana nos encuentre tu cama,
hoy ya solo tengo frió
y prefiero estar solo en casa.
Movió la cabeza con desaprobación,
sabiendo que su intento era quimera
como su conocimiento
de que el fuego quema.
Jugar con su corazón no quiero,
como decirle no a tal hermosura,
como calmar esta aventura
cuando las dudas me han dado ya la respuesta.
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Artesano de la Expresión
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