BUFFET
Ya no la aguantaba mas, se los juro. Y mis conocidos pueden dar fe que soy una persona tranquila, razonable, pacífica.
Pero todo tiene un límite, es mas TODOS tenemos un límite, ¿o ustedes creen que no?
Todo empezó a terminar (y vale la contradicción), cuando se acercaban las fiestas de fin de año. ¿Quién no ha vivido el suplicio de las híper reuniones familiares, con parientes que durante el año no saben si estás vivo o muerto pero llega navidad y ¡albricias hermanos! ¡Paz y amor! Dejáte de joder, uno lo tolera uno, dos, tres, cinco años, ya para el décimo le dan ganas que los petardos estallen en sus traseros.
Cada eterna reunión, a mi me tocaba llevar la ensalada de papas, e indefectiblemente, cada año ella le encontraba algún “detalle”, que la papa cortada muy grande, o muy chica, la mayonesa no es casera, poco huevo duro, ¡no le pusiste vinagre!.¡No quieran saber si me tocaba preparar la ensalada de frutas! Que mucha azúcar, que poca azúcar, ¿¿¿le pusiste vino???, no quitaste las semillas a las naranjas, esta reseca, hechále jugo!
Este año todo fue distinto, sugerí cambiáramos el menú. Alegando que eso de estar cocinando hasta las 11 de la noche, medio ahogados tragar los últimos bocados para poder probar el pan dulce, budín, frutas secas y descorchar la sidra y brindar, todo en una carrera desenfrenada contra reloj ya era demasiado.
Mi idea era sanguchitos de miga, piononos de fiambre, atún, pollo u otras variantes y empanadas, todo frío, preparado con tiempo y así esperar los campanazos de las doce más relajados.
Conocida mi habilidad para las empanadas, ese fue el plato que me toco preparar, sin pecar de poco humilde, puedo decir con orgullo que me salen perfectas, ¡el repulgue parece un bordadito mirá! Doraditas pero no quemadas, brillantes por fuera, jugosas pero no aceitoso el relleno.
Allá marchamos al encuentro “familiar”, cada uno con su paquete para el buffet frío, la única que no llegaba era ella, llamaron incasablemente por teléfono, Nadie respondía, debe estar afuera esperando un remís, en estas fechas están imposibles, fue la explicación mas lógica.
¡Empecemos a comer!, dijo alguien que todavía no sé quien fue, y atacamos la mesa servida sin miramientos.
Esa navidad, nos comimos a mi suegra…
Texto agregado el 15-10-2008, y leído por 78 visitantes. (7 voto
Lectores Opinan
2008-11-02 18:07:11 Creo que la peor de toda la perentela era la relatora del cuento, peor aún que la misma suegra. Claro ¡si se la terminó comiendo! La próxima que cada uno brinde en su casa, por seguridad, digo. Saludos. ggg
2008-10-22 00:06:08 Buen cuento, buen final..., inteligente forma de dejar atras esas cosas que parece imposible que abandonemos, y ..., sin embargo, es todo tan sencillo.... tatuadodemar
2008-10-19 14:49:06 muy buenooo...eres____ LlenadaCorreCaminos
2008-10-19 08:25:55 buen relato me gusto .***** mariomor
2008-10-16 22:27:37 Genial, pero q indigestion! -St_Clipper
2008-10-16 19:55:27 jajajajaaa, pero con semejante relleno no les habrán caído mal las empanadas? Me gustó. La_aguja
2008-10-16 12:45:43 Describes las realidades de una manera sorprendente ...no habré estado en una de esas fiestas?...muy bueno =D mis cariños y besos dulcequimera
2008-10-16 03:41:34 es has sorprendido de una manera indescriptible no esperaba para nada ese final te dejo mis felicitacioness me encanto un saludos enorme y mis 5***** por todo eso .genial!!! Poseidon91
2008-10-15 22:53:01 me gusto mucho!!!... =) ke rico eso de las empanadas neko_girl
2008-10-15 22:42:18 jajaja, genial xD todos tenemos nuestro límite... mmmm jugosa tu venganza... mil * Wenl
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