En todo tiempo te busco, en el silencio estás sentada serena, como un anhelo, como la esperanza, como el segundo antes del infierno, si fueras la petición de una buena obra. Con tu manta de reposo, trayendo descanso a las ideas; armónica que tocas y no ondulas la superficie de mi alma. Que en todo tiempo te busco y en cada encuentro te huyo, con la sospecha de una pendiente tragedia.
Paseando por mis rincones, en los recovecos de mis secretos me haces tuyo, resolviendo para ti todo mis misterios, sos la memoria de mis lagrimas, sos la oración que dijo gracias, sos el deleite de mis ansias, mas que mi sombra la Antígona, la que atestigua, defiende juzga y sentencia, ¿que mas poder te puedo dar, si ya todo tuyo es?... oh mi felicidad errática. Que en todo tiempo te busco es la verdad y cuando te encuentro sin razon huyo.
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