Un cielo pleno de nubes sin una flor que lo cubra, donde no crece la hierba. En ese sitio he vivido. Después creció mi alegría al escapar de ese destino. Me sumergí en un mar diáfano pues allí estabas vos. Huímos de antiguas cenizas, creímos en proyectos de máxima, riendo siempre al unísono al acompañarnos en el tiempo.
Texto agregado el 25-07-2009, y leído por 427 visitantes. (14 votos)