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Rose

Fue una semana estresante. Tuvimos una actividad todos los de la facultad, a mí no me fue bien pero Marce tuvo la fortuna de tener compañeros competentes y le fue más que bien. En mi equipo solo trabajamos la chica de quinto semestre y yo, pero eso ya es cosa del pasado. Hoy ya es sábado.
Estaba ansioso, el momento lo había esperado desde hace rato, desde que Vane y Marce me habían contado sobre Rose y los demás bares y discotecas de ambiente, pero nosotros íbamos a Rose. En el taxi pensaba toda clase de cosas además me programaba para asimilar que esta noche yo iba a ser el ridículo total, de modo que no me arrepintiera en un futuro. Llegamos al sitio de encuentro en un parque que queda en El Llano, una zona comercial muy importante de la ciudad. Allá Marce me esperaba sentada en una banca.

-¿Y Vane?- pregunté
-Es que como es ella toca avisarle dos horas antes, pero ella ya viene.

Marcela es amiga mía de la universidad, tenemos todas las clases juntos, con el tiempo nos fuimos haciendo buenos amigos. El día que le conté que yo era homosexual la sorpresa de ella no fue muy grande, antes yo llegué a casa en estado de shock porque mi mejor amiga de la universidad también era de ambiente. Terminó con su última novia hace unos meses y ya estaba solterita y a la orden. Le conté un lunes hace tres semanas. Ella también me dijo de Vanesa. Vanesa estudia en otra universidad, un día Marce la invitó a pasarse una tarde en la universidad de nosotros, Vane es bastante bonita y se llevó varios coqueteos por parte de nuestros compañeros y de mí también (para esa época Marce no sabía de mí). La verdad parecía chistoso que los chicos coquetearan sin darse cuenta de que Vane no estaba interesada en hombres en lo más mínimo.

Llegó Vane. Nos saludamos y comenzamos a caminar, en dirección a Cereza, un bar de ambiente cerca a los centros comerciales más concurridos del sector. No íbamos a entrar, además porque Vane soltó la pregunta del millón:

-¿Y cómo entramos si somos menores de edad?
-Es que dejan entrar con los carnets de la universidad- dije. Y era cierto, o bueno, hace tres semanas entré a una disco hétero con otros amigos y la mayoría éramos menores, pero mostramos los carnets y nos dejaron entrar.
-Sacamos los carnets y hacíamos bromas sobre la apariencia de ellos. Vane estudia en la Universidad Industrial. Nos reímos mucho de como aparecíamos en las fotos.

Pasamos al lado de Cereza y seguimos hablando toda clase de cosas, más que todo sobre lo nuestro. Ya eran las nueve y media, seguimos el camino hasta la calle 33 y agarramos el taxi para Rose.
En el camino me contaron que en El Llano hay varios bares y discotecas de ambiente, pero a la que todo el mundo iba es Rose, que queda en la autopista a un pueblo cercano.

-La gente prefiere Rose porque es más discreto, en El Llano también hay muchas discos héteros y bares y restaurantes y uno puede encontrarse conocidos fácilmente.

Llegamos finalmente. No me lo esperaba, el edificio se parecía a las bodegas de las industrias que quedan en la autopista. Antes sería tomado como un rumbeadero de mala muerte debido a su peligrosa cercanía a los puteaderos. Entramos, mostramos nuestros carnets y aunque la señora de la taquilla se mostró un poco dudosa, nos dejó entrar. Solo había diez personas, llegamos demasiado temprano.

Pedimos cervezas y nos sentamos en unas bancas que había alrededor de la pista de baile. Marce nos contaba que siempre que venía con su novia se subían a bailar sobre uno de los bafles que estaban en la tarima. Apenas podíamos escucharnos hablar porque la música sonaba muy fuerte y además nadie estaba bailando.
Dieron las diez y media y ya había más de treinta personas, así que nos lanzamos a bailar. Pura música electrónica y pop. En mis anteriores (y más que contadas) rumbas, siempre se bailaba vallenato, salsa y reggaetón, nunca electrónica y la verdad es que este género es bastante apetecido entre la gente de ambiente. A donde fueres, haz lo que vieres, dicho y hecho, vi como se movían mis amigas y las demás personas a mí alrededor.

Las luces intermitentes, el humo y los colores hacían que el ambiente se volviera más pesado y de hecho, mis amigas y yo estábamos bailando con las latas de cerveza en la mano, cada uno ya llevábamos cuatro y estábamos más que mareados. Siempre bailaba muy torpe pero acá de pronto bailaba muy bien y mis amigas me lo hicieron saber, debido a que les había dicho anteriormente que yo era un pésimo bailarín. Se nos acercaron dos chicos y una chica, que resultaron ser conocidos de Marce. Uno de los chicos, Julián, fue el primer hombre con el que bailé. Bailamos una canción de Katy Perry. Ya habíamos bailado por más de una hora sin descanso así que Marce, Vane y yo salimos un rato de la pista a respirar. Allá Marce nos contó del grupito que se nos había unido ahorita. Vane pidió tres cervezas y admito que ya estaba más que mareado.

Y como ya estaba consciente de que iba a hacer el ridículo, Intenté bailar con dos tipos que no conocía y obviamente me rechazaron. Y sí, fue una decisión consciente, no fue por el efecto del alcohol, aunque siempre les digo a mis amigos que así fue. Tengo orgullo después de todo. Y eso no lo fue todo. Se nos acercaron dos tipos a bailar. Uno era bastante fornido y el otro era más bajito y proporcionado, como de mi estatura. El alto empezó a bailar con Vane y el otro estaba bastante cerca de mí, así que me le acerqué para bailarle. Este no me rechazó. Bueno, siempre he dicho que a mí me toca dar mucho para recibir poco. Y no le presté mucha atención a la forma en cómo bailaba, pero esta vez sí estaba influenciado por el alcohol, ya que después de que el segundo tipo me rechazara, invité las cervezas y no solo me tomé la mía sino también lo que dejaron mis amigas.
Simplemente sentía la música y me movía de acuerdo a ella. Podía sentir como aquel tipo me tocaba los muslos y me pasaba las manos por todas partes. Y yo también hacía lo mismo. Pronto él me preguntó mi nombre y me invitó a salir a hablar un poco.

-¿Y por qué tan tímido?
-Es que prefiero tomar confianza primero-le respondí. Se llama Nicolás-¿Y a qué te dedicas?
-Ahora a nada, antes había entrado a hacer una carrera técnica en la Industrial pero solo fui dos semanas porque no aguanté, si hubiera hecho una profesional mi papá me hubiera matado. Se nota que no eres de acá, ¿De dónde eres?
-Mmm de Santos Reyes
-¡No pareces! ¡Yo tengo más pinta de costeño que tú!
-Es que mi papá es de Manizales
-¿Y a qué te dedicas?
-Estudio arquitectura
-Y es la primera vez que vienes a un sitio de estos
-Si

Él me explicaba algunas cosas sobre el cuento, pero luego aprendería que la persona en quien puedes confiar que sea del cuento inmediatamente te dirá que acá todo el mundo vive pendiente de sexo. Pero él más bien dijo que le encantaba el sexo.

-Mira, si quieres me acompañas a mi apartamento y pues allá siempre llegan cuatro amigos y nos ponemos a hablar y creo que deberías conocer más gente
-No, la verdad me gustaría, pero es que una de mis amigas está escapada y la otra la fui a recoger a su casa porque la mamá ya está sospechando que es lesbiana y pues di mi palabra de que la iba a regresar sana y salva
-Ah pues en ese caso no te preocupes, la palabra de loca es la más seria.

Volvimos a entrar y a pesar de que no fui su ligue por esta noche (era obvio que me quería llevar a su casa a tener sexo) bailamos como si estuviésemos haciendo el amor con la ropa. Y mis amigas me harían bromas después por eso, ya que yo había dicho que era supremamente penoso.

Texto agregado el 25-07-2009, y leído por 111 visitantes. (3 votos)


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