— ¿Qué, qué? no manches, pus que no te dije que te cuidaras, o no, bien que te dije tómate las pastillas, pero tú bien necia, ¡no, porque me duele la cabeza!...

— Babosa, parece que no piensas, ahora ¿que vas a hacer? Porque yo ni creas que voy a ir a hablar con tu papá, triste viejo capaz que me agarra a plomazos, ¡ni maíz! Yo por ahí ni me paro, además quien quita y si no les dices quien es el papá ni te la hacen de tos y chance y hasta te ayudan a cuidarlo y educarlo.

— Mis jefes, no me la voy a acabar cuando se enteren, con eso de que mi jefa es bien mocha y se la pasa todos los días en la iglesia confesando sus pecados, ahora que sepa seguro le dice al sacerdote que me excomulgue por andar de caliente.

— Y mi papá me va a romper el hocico a fregadazos hasta que no me quede ningún diente y todo por andar confiándome de ti. Ya puedo decirle adiós al celular que me iban a regalar para mi cumpleaños.

— Deja de chillar y mejor ayúdame a pensar que hacer…

— ¿trabajar? Como si a duras penas puedo con la secu. Ya ni la haces de veras que te pasas, en que broncón nos viniste a meter.

— Además como puedo saber si es mi hijo, yo te he visto platicar varias veces con el Fernando y con el Isidro, quien me dice a mí, que no te acostaste con cualquiera de ellos y ahora me quieres cargar el milagrito.

— Ya cállate no llores, me sacas de quicio, haces que me enoje más. Va a decir la gente que te estoy pegando, ¡que te calles Chihuahua!

— Oye y si lo tiras, total ni tú ni yo lo queremos, vamos con doña Hermelinda la yerbera seguro ella nos ayuda, y ahí le vamos pagando poco a poco.

— ¡Oh! Ya cállate, por lo menos yo estoy pensando como resolver el problema

— Espero que nadie más sepa de todo esto

— ¿Qué? pero si sabes que la Jacqueline es bien chismosa seguro que ya lo sabe toda la escuela.

— Guardar el secreto, que va a saber esa mona de guardar secretos, no te acuerdas cuando el Gonzalo se agasajó con la Maricruz siendo novio de Eva, no fue la Jacqueline la que anduvo de chismosa hasta que se entero la Eva y mando a golpear al Gonzalo con sus cuates, ya ni la haces, puros corajes contigo.

— ¡Ya preciosa perdóname! yo también tuve la culpa, si te hubiera hecho caso de ponerme condón no habría pasado nada de esto, pero no, allí va el menso ¡no porque así no siento lo mismo! Pero que pen…saba yo; eso no nos va a pasar a nosotros le paso a Manuel y a Vero por brutos, pero a nosotros no, que animal soy.

— Ya no llores chaparra, ni modo lo hecho, hecho está, ahorita voy a hablar con mis papás y les digo que me acompañen a ver a tu familia para que nos casemos lo más pronto posible.

— Nomás me vas a perdonar la fiesta, porque dudo que la tengamos y prepárate para la calabaceada que nos van a poner en nuestras casas y luego en la escuela, ya me imagino al orientador; pero ¿qué han hecho muchachos? ya echaron a perder toda su vida y bla, bla, bla. Pero ni modos nos lo merecemos por tarugos y calenturientos.

— Bueno ya me voy porque también tengo que pasar con el cochambres para que me de chamba en su taller, no te preocupes me voy a sobar el lomo para que mi chamaquito no cometa las mismas babosadas que su papá, ya no llores preciosa ¡TE AMO!