Tu nombre me sabe a las olas que con ímpetu rompen en las rocas y luego mansamente besan la arena.





Pronuncio tu nombre,
y en mi boca ardiente
estallan burbujas enamoradas
que el aire lleva a recorrer
cada centímetro de mi cuerpo
cada poro, cada gota de sangre,
cada recoveco, hasta llegar
a mi corazón, que late aún más fuerte
bajo el influjo de su magia.


Pronuncio tu nombre,
y escucho su eco en mi alma,
que se impregna con la bendición
que él destila como suave licor
y embriaga mis sentidos
sintiéndome tuya, en la distancia,
con el dulzor de tus labios amados
que aprisionan los míos con total frenesí
y me llevan a gozar un preludio de amor.



Pronuncio tu nombre
y en la serenidad nocturna
acaricio tu maravillosa presencia
junto a mí.



¡¡¡Pero tú no estás!!!

Y pronuncio tu nombre…





Gracias truenos por tu sugerencia.



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