Entro y salgo del sueño... lapsos.
El choque fue exagerado para provenir de un deseo, sí, hasta para un deseo, lo advirtieron los naipes, siempre aturdiéndome, siempre en visitas.
El huérfano salta charcos, vive en un sueño exagerado, hasta para un sueño lo es. Pero ahí esta, sin siquiera pensar en partir. Si en despedazar las mentes, críticas de la anomalía.
Exagerado pero delicioso, lleno de mieles... me elevan... me transportan por la hoja. Sacudo la pluma... manchones de tinta.
Entro y salgo, me derrumbo en la pantalla y las teclas me chismosean lo que hace el huérfano, lo que hacen todos ellos en los paralelismos de un mundo que gira en ambas direcciones.
Son miles, esperan de brazos cruzados, a veces saltan a los ojos y me mueven los dedos. Títere de mis personajes.
Odio a unos, lloro con otros.
Entro y salgo.
Me susurran sus historias... no los escucho, pero ellos me llevan.
Transporte de quimeras, el huérfano es chofer, me siento al fondo y observo en silencio los pasajeros.
Exageradas mis visitas, entro y salgo con delicias, mieles en mis dedos.
Escucho a los naipes, soy un títere de mis creaciones.
Susurros de tinta y papel.
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