Aunque con cariño me califiquen como poeta urbano,
yo sólo escribo con el corazón a través de las manos.

Estas letras hoy me salen con acento hiphopero,
o más bien rapero,
pero mi mente no controla
lo que sale de esta lavadora,
que es mi subconsciente.

Corazón y mano, y la vida como lente,
para ver las estrellas vibrar en un cielo al relente.

Como dice una buena amiga,
"intento huir de recuerdos que perdí",
de sucesos en mi mente,
de palabras que de ninguna manera se entienden.

Y "que más da si al final voy a caer",
ya que el hombre es el animal más torpe,
que ve la vida pasar y se le escapa de las manos.

Pero debemos tener fe en el ser humano,
que aunque a veces es villano,
otras tal vez héroe.