Tu verdad se derrama en el silencio
que petrifica mi alma viva,
que no cambió su dulce mirar...
Acompañan a mis miedos tus dudas,
tus juicios quebrantan mi paz.
Te soltaste de mi mano buscando razones
para no sufrir con tu verdad.
Ahora mi alma se está despidiendo
con el mismo silencio que recibió al amar,
al amarte..., sumida en la locura de algo ajeno,
con el delirio de tu ausencia y tu aparentar,
movida por miedo a lo que otros piensen,
sin el orgullo de la lucha por tu verdad...
Y aunque yo jamás fuese tu destino
te negaste tu única oportunidad,
que en la noche oscura de tu alma
algún día dejará un suspiro escapar
que mecerán las olas en la playa
y que..., una vez más, arrastrarán.

(24/04/04)