Eres Joaquín un espadachín
que pretendes meterme en jaque
incitándome a contender a espada
para recabar y poner de manifiesto
que en el difícil arte de enamorar
eres audaz y ducho como ninguno,
lo cual lo reconozco y admito

Y si alguien duda de lo dicho
que se aventure en leer cuanto aquí
dicen de ti las mujeres seducidas,
que por ser tantas no me paro
sus nombre a pregonar.

Y después de esta confesión…
a que me lleva la envidia..., te digo,
mi queridísimo amigo Joaquín,
lo que dicta mi corazón:
que con gusto acepto el reto
pero en lugar de espadas, brazos,
con que poder estrecharnos
en abrazo de sincera amistad,
y mucho más en esta fecha
en que celebrándose el día del amigo
es un gran día para hacer las paces.