Como de costumbre esta mañana, el pequeño pájaro que canta hasta con el pico cerrado – algunos le llaman cucaracheros otros ruiseñores – llego al nido que construía con su compañera en el espacio que había entre el techo y la pared de la báscula, lugar donde yo trabajaba. Esa era su costumbre de todos los días, iba y venia, iba y venia, durante el día.
Pero… este día llego un compañero de trabajo que a parte de ser imperativo también era necio, vio llegar al pájaro al nido, corrió y le cerró la única salida del nido y lo cogiò, esto le causo una gran satisfacción a este muchacho, aunque el no me lo dijo; lo vi en sus ojos desorbitados y en su sonrisa acompañadas con carcajadas entrecortadas que por si sola hablaban. Su actitud casi me convence de que estaba ante un gran cazador. Sin embargo, me atreví decirle que lo soltara por que el pequeño no le hacia daño a nadie, pero creo que en ese momento el estaba sordo.
Ahora este cazador, no sabia que hacer con el pajarito, aun lo tenía en las manos y no quería llevárselo a su oficina para que no se lo vieran. Tal vez por la apariencia del pájaro de color café y pequeñito, la verdad es que era un poco feito y podrían burlarse de él, no del pájaro. Así que, tomo una cajita de madera que estaba sobre el escritorio y tiró su contenido, entonces lo metió allí y lo tapo con una libreta dejando espacio para que le entrara el aire. Antes de irse, me miro con desconfianza y me advirtió ¡cuidado lo sueltas! yo fui quien lo atrapo, mas tarde me lo llevo.
Yo, por mi parte seguí con mi trabajo pesar los vehículos que entraban y salían. Una vez desocupado me senté y al momento alguien me llamo y voltee para todas partes pero no vi nada. Después escuche ¡EY! .. ¡EY! Esta vez mire sobre el escritorio exactamente la cajita del pajarito, el cual me estaba mirando fijamente sin parpadear, entonces me dijo “yo se que tu eres un buen hombre y nos has visto construir ese nido con admiración” “Nunca nos has molestado este era un buen lugar para criar a mis hijos, pero llego este muchacho que tiene problemas de afecto desde su infancia lo cual lo hace ser un poco agresivo, y lo arruino. Tu no eres así, por favor déjame ir con mi compañera para hacer otro nido en otro lugar”
Quede paralizado, estupefacto y sin voz. Insistió a manera de ruego “¡EY! Déjame salir”
Recuperando el aliento dije con mucho esfuerzo; yo nunca e hablado con pájaros – respire profundamente – Así que, explícame ¿como puedes hablar tú?
Se metió en la oscuridad de la cajita, al rato asomó su cabecita y me dijo muy preocupado “no lo se,…. pero lo hacemos desde hace mucho tiempo atrás, mis ancestros nos han contado como se han mantenido alejado de todas las civilizaciones que han conocido, debido a su egoísmo, avaricia y barbarie. Por eso resulta muy peligroso mantenerse cerca de ustedes.
Sin embargo, algún tiempo hablamos con niños indígenas antes de que los españoles los “civilizaran” si así se le puede decir. Pero, hace poco mi papa trato de hablar con un niño que vio en el gran jardín de una casa, le parecía agradable e inofensivo el niño, y lo llamo, el pequeño se sorprendió un poco cuado lo escucho, pero mi papa casi se muere del susto cuando sintió el zumbido de una piedra lanzada desde la cauchera del niño – claro no sabia que el niño andaba de cacería – salio disparado de ahí y cuando nos comento lo sucedido dijo a manera de moraleja. “La humanidad a empeorado mucho mas, por que la capacidad de reacción para hacer daño se a perfeccionado desde la niñez” definitivamente alejémonos de ella. “A ti te conocíamos pero no pensamos en hablarte nunca, pero me toco hacerlo ahora; porque quiero tener un hogar, ¿sabes? también las aves nos enamoramos y yo estoy enamorado y no quiero perder mi pareja. Si sigo aquí, y ella no me ve pensara que la abandone y se ira ¿entiendes?”
Yo, mas calmado y conmovido por sus palabras le dije: si claro comprendo, puedes irte, gracias por hablar con migo, salúdame a tu compañera, le pregunte ¿nos volveremos a ver? Me dijo “no se”.
Abrí la cajita y voló posándose en una de las barras de la ventana de la báscula, y volteándose me miro con más preocupación que al principio y me dijo “solo te digo algo más”
Yo le conteste ¿Qué puede ser?, ya estas libre
El pájaro muy melancólico me dijo “Dime Hubedel ¿quien te va a creer que hablaste con un pájaro?”
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