Veredicto

Te culpo a ti por no salir de mi mente, a tu cuerpo que no puedo dejar de ver, a tus labios de los que me he hecho adicto y a tu voz que tan sensual me ha hecho soñar.

Te culpo por esa seguridad única que me confunde y me hace divagar entre delirios de algo que apenas comienza y por cuestiones del azar paraliza mis ideas como si todo fuera a acabar.

Te culpo por poner todo de tu parte en ese primer encuentro y dejar este mar de ideas disparatadas que aquí y ahora hacen que mi mente entre en un estado catártico que, carente de emociones, deja un vacío en mi cuerpo, mientras que arriba mi cerebro se siente estallar.

Te culpo a ti por el miedo que siento cada vez que me acerco y a el olor de tu piel que detiene mis sentidos en un letargo que me envuelve más en la idea de todo lo que puede ser, con el suspenso de no saber si es lo que necesito.

Te culpo una vez más por que te acabo de ver y aun así no consigo entender que es lo que sigue.

Te culpo por no saber como ganarte cuando tú ya me has ganado.

Tan sólo te culpo a ti porque así tengo el pretexto de escribirte y por que solo culpándote podre hacerte responsable de mi felicidad.