“El frío se filtra por entre las cortinas del mundo, silbando una canción con aroma azul en su tránsito. Ha helado mis pies deslizándose suavemente por mis piernas, las manos, los brazos, el rostro…la conciencia…la razón “
*Ella sigue allí, sin moverse, con los ojos fijos y muy abiertos…observando la esquina vacía del cuarto que ocupa.
No duerme, no come, tal parece que ni respira. La oigo cantar a veces, contemplando el costado de su recinto, mas, luego frena violentamente con una expresión de desconcierto en su delicado rostro.*
“Es curioso que pase esto cada vez que veo a esos niños jugando en la esquina de la habitación.
Casi siempre escucho sus risas; volteo y aún no se han ido; es más, me invitan a jugar. Nunca acudo; cuando pasa esto, tan solo, desaparecen.”
*El rincón…Otra vez se acerca al rincón vacio que alberga algún secreto para ambos. Palpa el piso en busca de algo. Se frustra, llora y finalmente retorna a la otra esquina, a la espera de algo. *
“En los pocos minutos de ausencia suya considero que son un espejismo; no entiendo lo que pasa, vienen y se van; juegan y desaparecen… sin más rastro, absorbidos por el concreto blanco del sanatorio.”
*El tiempo se ha congelado en sus ojos café. No se movido en días, ni ha vuelto a cantar. La veo fría y con los ojos tan abiertos como en la génesis de su silencio. No se mueve… ¿Habrá encontrado el motivo de nuestro rincón misterioso?¿Estará soñando?...Habrá…Ella...¿Habrá muerto?
¡No! ¡Los muertos no pueden volver a morir!... solo está dormida. Soñando desde hace mucho. *
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