A mi lado el teléfono, el pc
el patio alargado, la siesta, el simulacro
el mundo igual o distinto,
el frescor de la mañana
el día soleado, una canción de los beatles
gatos que se esconden a través de las ventanas.
La salida esta a pocos pasos
el tormento ha sido grande, la lucha incansable
frío en las manos, capturo el instante, el fragor de la inmanencia.
Implotando el vértigo, la arcada, el temblor
exceso de violencia en soledad
zumban caracolas de mar en los oídos.
Advierto el ritmo de mi caminar
parajes simultáneos, hormigas, árboles y pájaros
termitas que revolotean en los ojos.
A la vuelta de la imagen
la feria de novedades, de juegos
los niños acercándose a la fuente
las fotografías de mi hermano distante.
Rojo el cielo, el cabello ondulado hasta la cintura
pienso en la razón o en la pérdida de fórmulas exactas
pienso en arrecifes de coral, en lsd, en Jack Cocteau
en Timothy Leary, en la química, en fármacos para crear amor.
Pienso en abrigos blancos o amarillos, en palmeras milenarias
en el césped, en los traseros de blue jeans apretados
pienso en la hora, en mi debate interno sempiterno
en las revistas de farándula, en la pérdida del test de inglés
pienso en lo invisible, en lo tangible, en lo sublime, en lo creíble
en lo inmortal, en lo mortal de vivir y no existir.
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