El frío les envolvió la piel, como lo hicieran mil veces las sabanas de su cama Y miraron detenidamente, para estar seguros de que nadie los observaba Pero solo fueron libres cuando dejo de importarles los ojos de otros Y se rindieron al amor que solo se logra en la ingravidez del agua Sintieron hasta el último pliegue del cuerpo, como unos dedos invisibles los tocaban, los acariciaban Y el mundo eran solo ellos dos… y de sus cuerpos que se amaban en la nada.
Texto agregado el 18-07-2009, y leído por 407 visitantes. (9 votos)