El destino de nuevo con sus caprichos le preparó al lobo un tesoro algo que ni él mismo sabía lo abrió por la curiosidad y el regalo era la sabiduría de saber la decisión que tomaría seguir siendo lo que soy sin arrepentimientos porque es algo que es así y quien soy yo para quejarme del destino y todos sus caprichos ahora es recibirlos con cariño con felicidad en el rostro porke lo que venga sea bueno o sea malo es necesario para mi lo tomaré con valor y el lobo soñador renació.....
Texto agregado el 30-05-2004, y leído por 190 visitantes. (1 voto)