las míradas perdidas
de los que no serán
y que no fueron,
de aquellos que miraron
desde la pared de
nuestras manos a los
que no son capaces de gritar
y que murieron,
hagamos de nosotros
sus abrazos lángidos y
desenfrenados, sus olvidos
taciturnos plagados
de ira y de frío,
sus ojos de color
marrón prendidos en la
cordillera, sus dientes que
mordieron otrora la carne
fresca en la calle
de las tinieblas, los que
cenaron con nosotros
y ahora nos miran desde
un paraíso de persianas
rotas...
... Compañero hagamos nuestros
sueños de papel un verdadero
compromiso de días
festivos para nuestros hijos.
No eramos ni seremos lo mejor, pero al menos podremos estar felices de habernos conocido...
Texto agregado el 14-07-2009, y leído por 108
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
14-07-2009
Bello poema, una reflexión muy bonita******* JAGOMEZ
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