Tengo ganas de enviarte todo aquello que escribí pensando en tí.
Pero ya es tarde y es pronto.
Mas pronto que tarde.
Mas tarde que pronto.
Digamos que no es el momento oportuno.
¿Te reirías?
¿Te agobiarías?
Realmente no quiero aparecer por tu vida,
aunque lo esté deseando.
Demasiadas lágrimas se me han extraviado.
Las derramé y no me dí cuenta de que lo hacía.
Y sentí desesperar
y sentí que me ahogaba
evocandote.
Y cerré los ojos con fuerza
y pensé que al abrirlos vería tu sonrisa.
Y cuando los abrí solo existió oscuridad.
Texto agregado el 14-07-2009, y leído por 211
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Lectores Opinan
14-07-2009
Hay que aceptar que quien se fue no hace falta. Hace falta el que vendrá. susana-del-rosal
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