Nada de todo esto se parece a lo imaginado.
Aunque el vacío es agradable
apenas entre en este lugar
empecé a sentir miedo.
Veo que
soy insignificante y todos
mis gestos son torpes.
Alguien me advirtió que
el mundo era bello, mientras
suavemente dijo llamarse Vida
y que siempre estaría conmigo.
En las márgenes de la oscuridad
noto que hay un haz de luz
y el calor es inconsistente.
Alzo los ojos al cielo, siento dolor, lloro y veo
como esa luz me alumbra
en un mundo que ahora será mi lugar.
Texto agregado el 12-07-2009, y leído por 142
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