Miércoles 20 de Abril. Sigo en la misma situación, reviso mi alma y esta vacía. No siento nada, nada me importa. Quiero salir a la calle del lado (la de los almacenes), quiero que me llame, tomarnos un café, que me lleve a su casa. Quiero que no alcance a cerrar la puerta cuando se abalance sobre mi, me tome por el pelo y me ponga contra la pared del pasillo. Quiero que se quede con mi blusa, me abra las piernas y se hunda en mi.
Pero siempre cambia, a veces es irreconocible, se que es él pero parece otro... Odio que me toque, siento que me quema cuando me arranca la ropa. Él sabe que me da asco sentirlo dentro de mi.
¡Maldita depresión! Solo habla para quejarse de esta mierda de especie que somos, me tiene harta con sus gritos, sus necesidades, sus deseos... no sabe como salir, ¡da lastima el imbécil!, no ha podido superar que ella lo dejara. Toma hasta quedar muerto, hasta que no puede mas que desear que en ese vomito pestilente se le salga el alma...
Hoy hay mucha gente en la calle, seguro lo voy a encontrar, seguro hoy no abra tiempo para un café ni para ir a su casa. Iremos a mi casa y aún en las escaleras del edificio me alzará la falda... un momento, ¡este no se parece a él!
¡Mierda! ¡Pura mierda! Me los tragare a todos hasta que lo encuentre, lo amarrare a mi cama y no lo dejare ir hasta que ya no quiera irse... ¡Malditos depresivos!, nada es suficiente para ellos, ya empieza a llorar otra vez...
- Tu tampoco eres él... ja ja ja.... lo siento pero tu te mueres hoy hombrecito. |