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Inicio / Cuenteros Locales / DelViejo / La eterna pesadilla del último hombre.

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He caminado por mucho tiempo. A penas tengo conciencia para saber en donde estoy. No recuerdo haber visto árboles y el calor ya me ha hecho mella. Hubiera agradecido un poco de su sombra… y esta sed que me esta matando!

Este parece haber sido un campo de trigo, surcado. Recuerdo cuando, siendo pequeño, jugaba en los terrenos detrás de nuestra casa. Reconozco estos surcos, aunque ahora tienen ortiga y huisaches. Todo ha cambiado.

Necesito seguir caminando, ocupar mi mente en algo. Si me detengo ahora, podría enloquecer. Volteo al cielo y está más azul que nunca; no hay avión que lo cruce. Hace años que no se oye ninguno. Casi no recuerdo como es su sonido. Casi no recuerdo como se oían la mayoría de las cosas. Necesito no olvidar... en verdad podría volverme loco.

Llego a este lugar extraño que parece una zona de bombas de agua. El piso de cemento gris, azotado por el sol, encarna la decadencia. El acero oxidado, el pasto reseco invadiéndolo todo es el signo inequívoco de nuestro fracaso como especie.
Muy pronto no habrá nada que recuerde a la humanidad.
Brinco la reja y al caer, mi ruido apenas produce eco. Este silencio...
maldito silencio!!!
Como quisiera oír a los perros ladrando o a un camión cruzando la carretera con su motor eterno. Como en esos sueños en casa de mi abuela…
Jamás volveré a oír nada de eso. Es una verdad demasiado pesada para cargarla yo solo. ¿En donde están todos? ¿Que hago aquí? La sed me mata y el hambre empieza a raspar mis entrañas... ¿A que infierno he venido a caer? no hay animales, ni maquinas, ni hombres. No hay nada. Me detengo y solo se oye el silencio perturbador, agolpando la corriente de mi sangre... casi espumosa. Pero no debo detenerme, pocas veces estuve seguro de algo en mi vida y sé que si ahora me detengo, me volveré loco. No hay duda.
Volteo a la izquierda, luego a la derecha y solo veo tierra estéril, pedazos de plástico y mucho pasto seco. Mi respirar comienza a desesperarme. Es lo único que escucho por ahora. Y el arrastrar de mis pies.

Creo que he comenzado a perder la noción del tiempo. El cielo sigue azul y el sol sobre mi cabeza. Pareciera que no se mueve. Pareciera que yo mismo no me muevo. Todo este tiempo he esperado encontrar el cadáver de alguna persona o animal. Pero no he visto nada. Cierro los ojos y no puedo recordar como eran las cosas. Casi al instante siento una parálisis en mi cuerpo y abro los ojos que no pueden llorar ni mi garganta gritar. Mi desesperación aumenta, los nervios me apuran y, apenas puedo, comienzo a correr con todas mis fuerzas… uf! uf!…me canso y me detengo... se me anuda la garganta y quisiera llorar, pero el sudor se ha llevado toda la humedad de mi cuerpo. Mis lágrimas son de tierra.
Mi boca está amarga y una comezón indefinida me acosa el cuerpo y acaba con mi voluntad… logro gritar y me aterra no oír eco. Se apaga mi humanidad, grito el nombre de mis padres y su ausencia se convierte en fantasmas de ayer.

¿Que me ha pasado? volteo nuevamente y ya perdí el sur y el norte. Vuelvo a gritar y más que grito es un chillido casi animal. Veo el cielo y sigue siendo malditamente azul...¡!!!! y el sol sobre mi cabeza, no se ha movido. ¡El aire me falta y mi corazón palpita con fuerza! … y aun así nada pasa!! Estoy en el límite de mi cordura y comprensión. Mis ojos se mueven rápidamente, parecen enloquecer y lo único que consigo es marearme y caer al suelo. Me inundan unas ganas mortales de vomitar. Pero no lo consigo. Todo mi cuerpo suda frío y presiento una muerta lenta y dolorosa. Pero abro los ojos y... el cielo sigue azul. Endemoniado azul. Por primera vez, la soledad me horroriza; en la incertidumbre de su origen se genera en mí una posesión de locura: soledad, silencio y absurdo!
De pronto se me ocurre una idea: ¡estoy soñando! ¡Si! eso es... eso debe ser! No hay lógica en lo que me rodea, solo un sueño se presenta así. Esperaré a despertar, esperaré...un poco mas... quizá algo de dolor ayude... ¡ay!... no pasa nada...no pasa nada!! El llanto me inunda y grito y maldigo y vuelvo a gritar porque... no pasa nada!

Pero... ¿qué sucede? el silencio ha dejado de serlo. Oigo algo!...parece el viento... es un sonido imperceptible... apenas lánguido y lejano. El viento a través de algún árbol -no hay ninguno por aquí. No...! Es... fijo la mirada esperando concentrarme e identificar de donde proviene y qué es. Ahh! parece la voz de alguien, pero no sé de donde viene. Grito buscando, preguntando quien es…grito mi nombre y vuelvo a gritar...! El sonido es cada vez mas nítido y parece haber mas... corro hacia donde, creo, se originan, pero no logro ver nada. Me detengo agotado por el esfuerzo y pongo atención... parecen...creo que son... lamentos !!! Alguien se queja! De pronto los lamentos son más claros y son más fuertes esos ayes de dolor. No comprendo que pasa. Poco a poco van siendo mas, distintos tonos de voz y grados de dolor se empiezan a superponer; uno sobre otro como hervidero de plaga. Cada voz es un quejido, un dolor. Más y más alto, el sonido se vuelve atronador; aterrorizado corro para alejarme de ellos, pero parecen seguirme; se van convirtiendo en alaridos y ahora están a mi lado. Junto a mi oído.
AAhhh! AAhh! me tapo los oídos, cierro los ojos y caigo sobre mis rodillas... los gritos aumentan y cuando me atrevo a abrir los ojos, el alma casi se me escapa y mi corazón está a punto de detenerse por el terror al ver lo que hay frente a mí: un ser pequeño, calvo, con la piel rosada y asquerosa... como rata recién nacida. Fija sus ojos en mí, observándome con locura, con morbo. Parece buscar en mi rostro alguna señal. Su mirada mezcla estupidez con una risa casi diabólica. Mi respiración se agita y un grito de terror se ahoga en mi garganta. Los gritos y lamentos han cesado para entonces.El pequeño ser, encorvado y sucio me ha robado el aliento... y yo estoy paralizado. Babea y hace sonidos jamàs escuchados...
Súbitamente ese ser abyecto se acerca a mi y percibo un olor a putrefacción, a muerte… y cuando más cerca está, me dice, chillonamente:

-Las plantas las sequé para tí ! el cielo lo pinté de azul para tí !

Mi cerebro no puede más y mi cuerpo cae en medio de convulsiones frenéticas. Alcanzo a escuchar un trueno y en medio de una nube de polvo, como un cohete, ese ser maldito sale disparado hacia el cielo, perdiéndose en él.

Yo, solo quisiera olvidar su mirada, quisiera morir... quisiera morir !!!!

Texto agregado el 12-07-2009, y leído por 384 visitantes. (0 votos)


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