El se acerco a ella hasta que quedaron frente a frente…
Su nariz rozó sus mejillas delicadamente y su barbilla rozaba la nariz de ella.
Luego un vaho extrañamente magnético
Juntó los babosos labios temblorosos y fríos.
Un fuego invisible asió sus entrañas
Separándolos a los dos..
Luego con mas bríos se juntaron
a causa de un inexplicable placer que sentían
como el producto de una sensible exploración que la compañía cede al tacto
sintiendo a cada húmedo contacto
Toda una constelación mágica de cosquilleos
que suplían su delirio.
De allí en adelante, Adán tuvo una multitud
Casi indescifrable de relaciones sexuales con Eva, todas inusitadas y justificadas
Por aquel primer beso, bajo aquel árbol incierto.
Texto agregado el 11-07-2009, y leído por 199
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