Vivir con esperanza
No me siento separado del que fui, solo percibo la distancia.
Me siento a escribir, tal vez buscando un consuelo, cuando sé que no lo puedo hallar en otros menesteres, en otro lugar, convencido que nada fue ni será exclusivo en mi propia vida ni en la de los demás, aunque a veces pretendamos de que fuese así.
Sentirnos importantes para disimular nuestras miserias, aunque sea difícil saber que significado podemos darle a ser importantes, para qué y para quién pretendemos llegar a serlo.
A pesar de los años sigo ávido de emociones, solo son un sueño al que me niego no invocar.
Se que es importante ser magnánimo hacia uno mismo como lo supe ser mas de una vez con los demás, que los años transforman las expectativas, que esto hay que aceptarlo.
Lo que fue bueno en su tiempo seguirá siendo bueno para el momento en que fué. Nada es concedido a perpetuidad.
Hago largos paseos en tardes soleadas, por las veredas arboladas de mi barrio, la calle me sostiene y me distrae, me devuelve expectativas. El escenario de la vida me resulta atrapante, se expanden mis deseos, me acompañan los poemas y los aromas de otros tiempos, el perfume de los naranjos que embellecían las calles del viejo San Isidro, el colegio Nacional, su patio con la centenaria palmera, el mástil con nuestra hermosa bandera, las calles angostas, el primer amor.
No me siento separado de aquel que fui, solo percibo la distancia. siento desde hace un tiempo más que nunca la compañía de mi padre, mantenemos largas charlas,.aprovecho para decirle lo que a veces no supe expresar por lo menos con palabras, de cuanto lo admiraba y de lo mucho que lo amaba, el igual me bendice, como yo bendigo a mis hijos.
Muchas veces me siento tentado a preguntarles si para ellos soy importante, si fui un buen ejemplo....pero me niego a situarlos en ese compromiso, prefiero el juicio del tiempo.
Mientras tanto sigo viviendo con esperanza, con una esperanza esperanzada..Me deslizo por el tobogán del tiempo, si bien suelo permanecer de a momentos contemplativo, desmadro de inmediato la madeja de los pensamientos afligidos, tomé de la vida lo más que pude, y aún después del tiempo transcurrido sigo sorprendido ante el milagro de la vida, y que decir sin sonrojarme cuando quedo cautivado por los dones de una mujer bonita que cruzo por el camino, al fin y al cabo aún.....
Andre, Laplume.
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