Al encontrarte te sentí tan mío,
y a la vez tan lejano,
que fue imposible detener mis lágrimas,
Mirando tus ojos oscuros y mágicos,
que me desnudaban con cada mirada
Y besando esa boca sabor a uvas silvestres,
Enmudecida y meditabunda,
tocando esa piel dorada por el arduo sol,
al entrar a tu mundo, conquistaste mi vida,
Devolviste la alegría, que se había ido de paseo,
y la muy ingrata casi no vuelve,
pero creo que tu la tenias secuestrada,
ella me susurraba al oído que me había extrañado,
Que se había enojado con el llanto,
porque me tenía la piel ajada de tanto goteo de sal,
rodando a diario por mi pequeño ser lleno de ternura,
Te ame, te amo, te amare,
porque aún sin tenerte, ya eras parte de esta mujer,
que te esperaba con la inspiración a flor de piel,
Dejando a un lado el letargo y el miedo, por la mala experiencia,
que causo daño y destruyo a un ser noble,
y hoy la bella durmiente puede hablar del pasado,
sin dolor, ni rencor.
ESTOY AQUI CON UNA SONRISA ESPERANDO VIVIR CONTIGO UN PRESENTE CALIDO Y ARMONIOSO SANO Y CON OLOR A AMOR
kRUMA |