Llegaste un día, cual brisa serena,
cambiando el rumbo de mi vieja pena.
Con tu risa franca, un sol naciente,
hiciste mi mundo más resplandeciente.
Sembraste en mí la fe, la esperanza,
convenciendo al alma de la bonanza.
Me abriste puertas, sin temor ni recelo,
diciendo: "¡A la vida, amigo, sin sincero!"
Cuando la sombra opaque tu mirada,
y el alma sienta la carga pesada,
que mi amistad sea faro y abrigo,
un dulce aliento, mi fiel amigo.
Que, en la penumbra, tu ánimo se eleve,
y tu mundo incierto, se llene de luz
Mi afecto puro, sincero y constante,
mi mano te guía, mi voz te pronuncia:
"Confía, mi hermano, que todo saldrá bien,
todo se arregla, la vida es un tren."
Que mi amistad te guía, te ayuda a soñar.
Aunque te alejes, mi amistad no se quiebra
mi cariño sigue, en tu alma se aferra.
Confía en mí, que todo saldrá bien,
tú tienes mi apoyo, mi fiel sostén.
NTG.
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