TRANSANTIAGO
Ahhh el Transantiago, nunca imaginé que esta revolución del sistema de transporte publico me depararía tamaña sorpresa.
Subí al metro en la estación Rondizzoni, me gusta dejar el auto cerca de esta estación para llegar al centro en el subte.....
Cuando me acercaba a la estación la vi, al principio no me llamó mayormente la atención, era una chica como muchas, no destacaba por alguna particularidad. Pasé mi tarjeta BIP por el lector infrarrojo pero este me devolvió un pitido indicándome que no tenía carga suficiente para pagar el pasaje, entonces me devolví a las boletería para recargar la tarjeta y fue ahí que me crucé con ella y su perfume me embriagó, me hizo soñar con otros tiempos de Sábados, de bailes...volví con mi tarjeta para ingresar al andén en espera del tren metropolitano, había bastante gente a esa hora. Cuando llegó el tren, luego de dejar bajar a los pocos pasajeros que lo hacían abordé como pude un tanto apretado entre tantos pasajeros y en el preciso momento que el tren se disponía a cerrar sus puertas para ponerse en movimiento, ella logró subir.
Nos quedamos frente a frente, me miró a los ojos y luego pasó su brazo sobre mis hombros, sin decir una palabra, me abrazó y su aliento llegó suave a mi oido, para disimular la turbación que me produjo miré hacia otro lado, mi rostro encendido al rojo vivo, fue química pura, amor a primera vista, no podía creer lo que estaba viviendo, cerré mis ojos y me encomendé a “San transantiago” dándole gracias por el favor concedido, soñando despierto con ella abrazada a mi, quise cantarle una canción romántica al oído, pero la voz no me salió, luego quise acariciar su pelo, su negro cabello liso, brillante, pero mi mano se negó rotundamente a obedecerme, sentí latir su corazón junto a mi pecho, rogando...implorando que el viaje fuera eterno. Una estación antes de bajarme, ella abandonó en tren, quitó su brazo de mis hombros y bajó sin decir una palabra, sin un gesto, sin una sonrisa. Me quedé desconcertado, todo ocurrió tan de repente que no alcancé a reaccionar, cuando quise llamar su atención, el metro avanzaba veloz por el túnel hacia la próxima estación y yo desolado, preguntándome...¿ que hice mal?..¿ en que falle?...¿ Como pudo dejarme así?...
Hoy, que ya han pasado los días y he podido recapacitar, he decidido no volver a caer, ya no creeré en las mujeres que llegan alegrándole a uno la vida, haciéndole creer que será para toda la vida..y luego le abandonan a uno sin siquiera un hasta pronto...o un adiós.
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