Esta vida maldita, llena de indigencia,
Escuchando el llanto y desesperanza de un niño por la calle,
Con la miseria de nuestro destino,
La gente va descalza de tanto andar
Y no encontrar la solución que aqueja su vida,
Y el Pobre caminante, soporta frió y hambre,
Sin tener que llevar nada a sus niños
Que lo esperan con la panza vacía,
Como puede ser tal ingratitud del gobierno,
¡Esos pobres niños; lloran de hambre!
Mientras que los gobernantes se llenan los bolsillos;
De los tributos del pueblo; pagados día a día,
Del sudor del esfuerzo, de un día bien laborado,
Pobres mendigos, disfrazados de gente bien,
Están al aguaite de una moneda para atraparla,
Como gallinazos detrás de la carroña,
Y el pobre caminante, soporta frió y hambre,
Desesperado por no llevar nada a sus niños
Que lo esperan con la panza vacía,
El pobre caminante, piensa por ser honesto,
Mira en la miseria que estoy convertido,
Una escoria de la vida, de la cual estamos inmersos;
Recibiendo las migajas de los gallinazos,
por piedad déme la oportunidad,
Mis niños me esperan con la panza vacía,
De la cual las lleno de la ilusión, de un mañana mejor,
Por que ser yo el que te de eso,
Ve te aquí de aquí, sino mandare a que te echen de aquí;
Y el pobre caminante, soporta frió y hambre
Sin tener que llevar nada a sus niños
Que lo esperan con la panza vacía.
De esta vida de miseria, de tristeza;
Llenas de la ilusión de un mañana mejor. NTG.
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