- Ya no quiero ser medida de la ausencia... ( Consciente)
- ¿Entonces? ( inconsciente)
- Me remonto a tu mirada para guiarme con el pensamiento lógico (C)
- Demasiado estructurado, necesito huir de ti (I)
- Estas atado a las súplicas que enumeras (C)
- No siempre es así, necesito saber más (I)
- Sólo entrando al juego sentirás los límites (C)
- Entonces no, deseo libertad (I)
- Apuesto a tu inconsciente (C)
- Somos la misma especie, nunca podremos competir (I)
- Desecho esa enumeración, prueba (C)
- Me desangro entrando y saliendo de la mente (I)
- Lo mismo siento y sin embargo continúo (C)
- Amo demasiado, ahora no podría (I)
- Mis sentidos también lo hacen (C)
- Estamos a la par entonces (I)
- Nunca lo estaremos a menos que olvidemos todo (C)
- No quiero sufrir más (I)
- Sigo esperando (C)
- Aunque también me muero si desapareces (I)
- Estoy atento a ello (C)
- Tengo demasiado miedo, sin embargo el impulso igual me lleva a hacerlo (I)
- Concéntrate en lo visual que hay en mí (C)
- Pierdo la expresión y el deseo, no quiero pensar (I)
- Las emociones y la libido te alejaran al principio (C)
- Te siento y no (I)
- Luego lo volitivo entrará en juego para socorrerte (C)
- Duele mucho, insisto en alejarme (I)
- Eso pensé (C)
- Aborrezco esa frialdad (I)
- Yo tu desenfreno (C)
- Aunque igual necesite de tus reglas (I)
- Ambos las necesitamos (C)
- Probemos de nuevo sin tanta crueldad (I)
- Demasiado tarde para complementarnos... (C)

Una vez más el polo pulsional del “Ello” había ganado la partida. Julia pasó la mano por su frente después de tanta agitación mental, mientras tomaba el desayuno lentamente, y su marido descansaba de una lujuriosa noche de infidelidad, imposible de volver a realizar en vida...


Ana Cecilia.