Había una ves un guerrero llamado Jelfh que era muy valiente, pero un día le dieron a Jelfh una difícil misión: destruir un pueblo enemigo. La misión era muy difícil por que el pueblo era enorme y con muchos guerreros, así que le pidió ayuda a algunos guerreros de su pueblo, pero nadie aceptó la ayuda, así que salió a destruir el pueblo, aunque sabía que iba a perder... de repente, en el camino aparece un mago, y le pide su ayuda, el acepta y van al pueblo, cuando llegan vencen a los guardias de la puerta, y entran.
Pero un dragón sale de su escondite y los ataca tirándoles fuego, pero el mago le lanza un hechizo y lo destruye, Jelfh, con la ayuda del mago, logran destruir el pueblo y su rey se lo agradeció (el rey del pueblo de Jelfh) y le da un enorme tesoro de recompenza, desde ese día, todo fue paz, y paz, y paz...
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