En la actualidad existen extrañas desapariciones en todo el mundo, de personas que son tragadas por una fuente muy poderosa de energía superior, nunca más se saben de ellos, pero se descarta que el fenómeno sea producto de la maldad humana, considerando la seria posibilidad de que intermedie algo de origen sobrenatural.
De adentro de una torta de cumpleaños, en la ciudad de Valladolid, sale un monstruillo por primera vez, justo cuando están por soplar la vela, es del tamaño de una ardilla. Su aspecto el de un oso, pero con las orejas en punta, más una lengua de lagarto que asusta, las visitas primero creyeron que era el típico payaso con forma de acordeón que sale de una caja, que la torta estaría trucada, pero el bizcochuelo es auténtico y la fierecilla también por lo tanto todo finalizó con un enorme griterío. Para al final, con la policía canina de la municipalidad, lograr cazar al extraterrestre arrojando un certero dardo tranquilizante con destino a la cola.
Más adelante en riguroso interrogatorio se pudo saber la auténtica verdad.
Que primeramente nosotros llegamos antes al mundo de ellos, por intermedio de: refrescos en botellas que ofician de naves, seres humanos que una vez salidos del envase correspondiente, se inflan lo suficiente hasta adquirir el tamaño original, y por cierto adaptándose perfectamente a la vida de ellos, que al momento los asumen como esclavos. Que él, cuyo nombre es Lucas es el primero en llegar, que el resto irán apareciendo de la misma manera en distintos cumpleaños.
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