Centro de Identificación

Se abren las puertas metálicas de una bodega ubicada a las afueras de Sanski Most, una ciudad de la Confederación Croata-musulmana de Bosnia y Herzegovina, es una estructura sólida de ladrillos rojos mal pintados con una gran cantidad de pequeñas ventanas en la parte superior, lo que permite la entrada de luz natural pero esta se difumina en un color amarillo lechoso, el techo de zinc y la falta de un cielo falso mantiene la temperatura lo suficientemente alta para tener la sensación que estoy en un invernadero o asándome a fuego lento.
Avanzo acompañado del enfermero de combate y a la vez conductor del jeep y de Dragan, nuestro interprete de bosnio/español, ya que Ismeta, nuestra otra traductora se negó a venir, para Dragan esta visita es normal, ya lo ha hecho varias veces con otras patrullas de cascos azules como nosotros.
Al traspasar la puerta, estiro mi mano para saludar al policía que custodia el centro, inmediatamente el olor me golpea la nariz e impregna mi ropa, es como empaparse de algún tipo de aceite en aerosol, en una rápida ojeada descubro que el silo está lleno de cadáveres, están en estantes metálicos puestos sobre bandejas de acero inoxidable, sin ningún tipo de refrigeración o por lo menos aire acondicionado, los poco afortunados están en hileras en el piso, sobre unos sacos plásticos de color blanco donde puede leerse el lugar y la fecha de cuando fueron encontrados, calculo que deben ser unos mil, me corrigen… son mil doscientos, mientras camino entre las filas de cadáveres que esperan identificación y retiro por algún familiar o amigo para posteriormente recibir sepultura, pienso que también no debí haber venido a patrullar el día de hoy.
Dragan me mira de reojo mientras traduce una conversación trivial del policía de la federación, se nota algo incomodo, el es Serbio y durante la guerra murieron muchos familiares suyos a manos del ejército y los paramilitares musulmanes.
Aprovechándome de mi libertad de moverme y de no participar en la exposición a cargo del personal que labora en la identificación de los restos, empiezo a echar un vistazo con más calma y determinar cosas básicas (que las podría hacer cualquiera), como que la gran mayoría de los cuerpos presenta impactos de bala o simplemente fueron ejecutados con golpes de objetos contundentes (palos de golf o mazos de madera), como el cadáver que esta a mis pies que es de una mujer por el tamaño del cráneo y por los restos de cabello aún adheridos o por el tamaño del esqueleto, determinar si eran adultos o niños, el enfermero que me acompaña empieza a darme más pistas.
Me dice, en el tono magistral que usan los que trabajan en el área de la salud… “esta es una mujer de cierta edad que falleció en un hospital o centro de atención medico porque aún tiene puesta la sonda nasogástrica, vías y catéteres”.
Yo observo y lo único que puedo ver es una osamenta que esta sobre un saco y que aún tiene parte de la piel en la espalda, algo de cabello en el cráneo y vestigios de ropa, al acercarme veo algunas fracturas en su cráneo (pienso que realmente no debí mirar tan de cerca), el enfermero siguió dándome más explicaciones técnicas y se refería a que no poseía ningún tipo de cuidado post mortem, después de oír eso, volví a mirar los restos detalladamente mientras él me recitaba las posibles causas de muerte, me imagino para impresionarme.
Mire a la cara al enfermero y seriamente le dije - ¿podría ser el impacto de bala que tiene en la cabeza? Fin de la conversación.

En esos momentos, Dragan se acerca y me pregunta cómo me siento.
- Bien ¿qué esperabas? ¿qué me desmayara? – le respondo.
Dragan me observa de reojo, sonríe y me vuelve a preguntar.
- ¿Sabes por qué no quiso venir Ismeta con ustedes?
Ni idea viejo – le respondo mientras sigo tratando de respirar por la boca para no percibir el olor.
Ella tuvo que venir aquí a buscar a sus familiares después de la guerra, sus abuelos estaban llenos de impactos de balas, así que prometió jamás volver – me dice sin ninguna emoción.
¡Pero Dragan! ¿Cómo pudo pasar esto?, ¡Aquí hay solo civiles, cadáveres con claras señas de haber sido ejecutados con crueldad! – le digo mientras lo miro fijamente.
Tranquilamente me responde – Te recuerdo que esto fue una guerra civil.
Eso lo puedo entender, pero ¿y las mujeres y los niños muertos? – le pregunto ya bastante molesto.
Amigo tú no sabes lo que paso aquí, ellos asesinaron a muchos serbios, aún estamos muy abajo en el marcador así que para la próxima guerra nos pondremos al día - me dice mientras mete sus manos a los bolsillos buscando un cigarrillo, gira y camina hacia la salida.

Pienso que tal vez vuelva a Bosnia y Herzegovina como casco azul.