Existe, lo sé, lo viví y lo sigo sintiendo, es un momento pasivo, tranquilo, en el que la prisa muere y cómodamente se perfila una atmósfera aligerada, sin rencores ni lujuria, sólo ternura y tiempo.

Te vas, me voy, destinos opuestos, clásico en una historia de amor ¿Qué se yo? no, los dos lo sabemos, escuchamos gritar el corazón e inventamos esas historias, sensillamente es un adiós.