En plena hoguera de sentimientos al sentir la atracción fatal llevaste tus manos cubiertas con guantes de amianto. Sin embargo el calor intenso chamuscó sin miramientos las manos de tu alma y dejó mis sentimientos. Restarán en lo queda de ese vital sendero para acompañar los tiempos como un mojón que atraviesa.
Texto agregado el 04-07-2009, y leído por 172 visitantes. (4 votos)